Médico cubano: ‘para ser un dictador no hace falta ser Comunista’
Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 2 de junio de 2021
El médico cubano Alexander Raúl Pupo Casas, expulsado del sector de la salud por sus denuncias contra la dictadura, regresa a las redes sociales con una valiosa reflexión.
Desde su muro de Facebook, el galeno antillano que reside en el oriente del país, advierte que “si queremos liberar a Cuba de lo que la oprime, necesitamos, por obligación, sacar lo malo de nosotros también”.
Según este profesional de la salud, urge “entender que existe un brillo ajeno al nuestro. Que la luz no es de un solo color y que los sabores son diversos, así como las opiniones. Que el cielo no luciría igual si solo brillara una estrella en él y que existen varios caminos que te pueden llevar a un mismo destino”.
Sus palabras íntegras a continuación:
"La Dictadura del Populista"
El poder es algo embaucador, y muchas veces dañino. En buenas manos es un arma que beneficia a muchos, en malas manos puede ser fatal hasta para el propio individuo.
El poder es el arma más mortífera del mundo, incluso más poderosa que una bomba nuclear. Pero cuando viene acompañado de populismo es hasta peor.
Desgraciadamente de eso hay mucho en estos días. Y es que para el cubano los extremos siempre han sido tendencia. Como buenos cubanos al fin, "O no llegamos, o nos pasamos".
La autosuficiencia negativa, y la falta de modestia nos hacen a veces sacar lo peor de nosotros mismos, nos hacen incluso olvidar quienes somos. Mientras vivimos en la nada estamos mal, pero cuando comenzamos a ser alguien, entonces creemos que somos dioses, que no nos podemos equivocar, que somos absolutos.
Así poco a poco nos ayudamos a cavar nuestra propia tumba, y sin saberlo, vamos perdiendo la esencia de lo que nos llevó a crecer.
Miren, yo nunca he sido bueno para juzgar a los demás, me gusta primero analizarme y buscarle un doble enfoque a todo para no dar una opinión incorrecta. Luego doy mi opinión, y me hago cargo de sus consecuencias.
Muchas veces me equivoco y me toca rectificarme a mí mismo. Y a veces me desvelo pensando en "¿Qué coño estoy haciendo mal?" Otras veces lo hago de manera acertada y soy bendecido o repudiado por ello. Yo creo, y es mi criterio muy personal que lo importante debe ser siempre el respeto a la opinión ajena.
Sólo respetando a nuestro aliado, tratándolo como igual y nunca subestimando a un adversario ganaremos la batalla que lleva años estancada y que por fin parece que quiere agarrar el rumbo necesario.
Si nos dejamos ganar por la popularidad, y no aceptamos que todos somos susceptibles a equivocarnos seremos solo eso, personas populares con un poder que no sabemos utilizar para el beneficio de nadie más que el propio.
Para ser un dictador no hace falta ser Comunista o Fascista, solo se necesita utilizar mal el poder, y ese abunda en todas las doctrinas. Recuerda que el mero hecho de querer "Imponer o Dictar" tu opinión por encima del resto de las opiniones ya te convierte en eso contra lo que luchas. Y ser una persona conocida y respetada es genial, pero conlleva a una gran responsabilidad.
Tus actos podrán llevar a hacer mucho bien, o mucho mal. Piensa un poco, y recuerda quien eras antes de ser popular o poderoso, quiénes te pusieron donde estás y a quiénes les debes respeto.
También debes analizar de quiénes te rodeas, pues la fama atrae a gente muy buena, pero también a gente muy mala. Y si no escoges bien de quien quieres acompañarte puedes ser absorbido por los malos más que por los buenos.
Si queremos liberar a Cuba de lo que la oprime, necesitamos, por obligación, sacar lo malo de nosotros también. Tenemos que entender que existe un brillo ajeno al nuestro. Que la luz no es de un solo color y que los sabores son diversos, así como las opiniones. Que el cielo no luciría igual si solo brillara una estrella en él y que existen varios caminos que te pueden llevar a un mismo destino.
Recuerda buen cubano que querer monopolizar la opinión y la atención también nos convierte en Dictadores, en ególatras, en megalómanos y nos hace caer en una Dictadura Populista. Un abrazo.