Este domingo 14 de diciembre de 2025, la emblemática Bondi Beach de Sydney, Australia, se convirtió en escenario de un brutal ataque terrorista que conmocionó al mundo entero. Durante la celebración del inicio de la festividad judía de Janucá, dos individuos armados irrumpieron en el evento con armas largas y abrieron fuego indiscriminadamente contra los cientos de asistentes, dejando un saldo preliminar de al menos 12 personas fallecidas, entre ellas nueve civiles y dos policías así como decenas de heridos.

La violencia del acto generó pánico inmediato en la playa más popular de Sydney, donde familias y turistas se encontraban reunidos para disfrutar de la festividad de las luces.

En medio del caos, surgió un acto heroico que evitó que la masacre fuera aún más devastadora. Un civil, camuflado entre autos estacionados, se acercó al agresor por la espalda y logró inmovilizarlo en un gesto de extraordinaria valentía, arriesgando su propia vida.

Durante la confrontación, resultó herido en uno de sus brazos, pero su intervención permitió desarmar a uno de los tiradores, quien posteriormente fue neutralizado por la policía. El segundo atacante, que logró escapar momentáneamente, fue arrestado tras un intenso operativo policial en un puente peatonal cercano, donde había intentado continuar disparando hacia la multitud. La acción del civil quedó registrada en un video viralizado en redes sociales, mostrando la determinación y el coraje de alguien común que se convirtió en un héroe en cuestión de segundos.

Las autoridades del estado de Nueva Gales del Sur declararon oficialmente el incidente como un ataque terrorista, activando poderes especiales para garantizar que no existieran amenazas adicionales para la comunidad. La policía desplegó un operativo masivo con patrullas, ambulancias y helicópteros, mientras se solicitaba a la población evitar la zona y seguir las indicaciones oficiales. La gravedad de los hechos ha elevado la preocupación internacional sobre la seguridad en celebraciones públicas y el creciente auge del extremismo y del antisemitismo.

El Museo del Holocausto Yad Vashem, con sede en Jerusalén, emitió un comunicado instando a que se haga mucho más en la lucha contra el antisemitismo, calificando el ataque como una amenaza real y creciente.

Su presidente, Dani Dayan, había advertido previamente sobre el aumento del odio antisemita en Australia, alertando directamente a los primeros ministros de Nueva Gales del Sur y Victoria. El presidente de Israel Isaac Herzog condenó enérgicamente el ataque y solicitó al Gobierno australiano medidas decisivas contra la ola de antisemitismo, mientras que el ministro de Exteriores israelí Gideon Saar expresó su consternación y vinculó el acto con la creciente incitación antisemita en el país.

Este ataque en Bondi Beach no solo deja un saldo trágico de vidas perdidas y heridos, sino también un llamado global a reforzar la seguridad, a enfrentar la intolerancia y a reconocer la valentía de aquellos que, en medio del horror, se atreven a enfrentar el mal para proteger a otros. La comunidad internacional y la población australiana lloran a las víctimas y honran la memoria de quienes arriesgaron todo para impedir que la tragedia fuera aún mayor.

Fuentes: EFE, El Clarín, La Tijera

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