Una mujer identificada como María se encuentra desaparecida desde hace dos días en La Habana, luego de acudir a una consulta médica en el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular.

Su familia asegura que nunca regresó a casa y, desde entonces, no ha habido rastro alguno de ella.

La alerta fue publicada inicialmente por su nieta Taty, quien difundió la información en redes sociales, y posteriormente fue replicada por Karla Galiano, ampliando el alcance del mensaje. “Esta señora está desaparecida, fue a una consulta médica en el Cardiovascular hace dos días y no regresó. Se llama María. Si alguien la ve, por favor avisar, su familia está desesperada”, dice el texto, que incluye el número 50778663 para cualquier información.

El caso ha generado gran preocupación en redes, donde cientos de usuarios han compartido la publicación con la esperanza de ayudar a encontrarla.

Sin embargo, lo que más alarma es el creciente patrón de desapariciones en Cuba, donde muchas personas especialmente mujeres y adultos mayores desaparecen sin dejar rastro y, en no pocos casos, aparecen fallecidas días después o jamás se logra conocer su paradero.

En los últimos años, diversas denuncias ciudadanas han puesto en evidencia la ausencia de mecanismos oficiales eficientes para la búsqueda de personas desaparecidas. Las familias, sin apoyo institucional, recurren a las redes sociales como último recurso para pedir ayuda, mientras las autoridades rara vez emiten comunicados públicos o abren investigaciones transparentes.

“Ya no sabemos qué hacer. Llamamos a todos los hospitales, a la policía, y nadie nos da una respuesta”, habría comentado un familiar cercano, que pide mantener viva la difusión hasta que aparezca María.

La desaparición de esta mujer se suma a una lista creciente de casos que exponen una realidad silenciada en la Isla: la vulnerabilidad de los ciudadanos comunes frente a un sistema que no garantiza respuestas rápidas ni efectivas en situaciones críticas.

Mientras tanto, su familia mantiene la esperanza de que María aparezca con vida. “Solo queremos saber que está bien”, dice su nieta. Cada minuto cuenta.

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