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María Corina Machado no llega a tiempo al Nobel, pero ya vuela hacia Oslo

Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 10 de diciembre de 2025

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La líder opositora venezolana María Corina Machado, ganadora del Premio Nobel de la Paz 2025, confirmó que finalmente logró abordar un avión rumbo a Oslo, aunque no a tiempo para asistir a la ceremonia oficial de entrega del galardón. Su llegada, prevista para unas horas después, simboliza tanto el reconocimiento internacional a la lucha democrática venezolana como las enormes dificultades que enfrenta para ejercer su liderazgo en un país donde permanece bajo constante vigilancia y persecución.

En una conversación telefónica con Jørgen Watne Frydnes, presidente del Comité Noruego del Nobel, Machado expresó la tensión del momento: “En persona, les contaré lo que tuvimos que pasar, y tanta gente que arriesgó su vida para que yo pudiera llegar a Oslo”. Agradeció el premio “en nombre del pueblo venezolano”, subrayando que el reconocimiento no es personal, sino colectivo: “Esto es una muestra de lo que significa este reconocimiento para nuestra lucha por la democracia y la libertad”.

Pese a sus esfuerzos, Machado no pudo llegar a tiempo a la ceremonia realizada en el Ayuntamiento de Oslo. En su lugar, su hija Ana Corina Sosa fue designada para recibir el premio y leer el discurso de aceptación, según confirmó el Instituto Nobel. Kristian Berg Harpviken, director de la institución, informó que la ausencia era inevitable debido a su compleja situación dentro de Venezuela.

La incertidumbre rodeó durante horas su posible participación, luego de que el Instituto Nobel cancelara repentinamente una conferencia de prensa previa. Machado, quien vive en paradero desconocido desde enero debido a la creciente presión del régimen de Nicolás Maduro, había asegurado días antes que viajaría a Noruega, lo que hacía prever su primera aparición pública en casi un año.

En Oslo ya la esperan su familia —su madre, su hermana y sus hijos—, además de numerosos venezolanos llegados desde distintos países para acompañarla. También se encuentran allí figuras de la oposición, entre ellas Edmundo González Urrutia, presidente electo de Venezuela y exiliado desde 2024, así como varios mandatarios de la región invitados por Machado: los presidentes de Panamá, Argentina, Paraguay y próximamente Ecuador.

La imposibilidad de asistir a la ceremonia no es un hecho aislado en la historia del Nobel de la Paz. Otros laureados perseguidos o encarcelados tampoco pudieron recibirlo personalmente: el chino Liu Xiaobo en 2010 —cuando su silla quedó vacía—, el bielorruso Ales Bialiatski en 2022 o la iraní Narges Mohammadi en 2023, representados por familiares.

La propia Machado recordó con emoción que, al llegar a Oslo, podrá reencontrarse con sus hijos, a quienes no ve desde hace dos años. Su mensaje final, lleno de determinación, resume el espíritu del momento: “Este es un premio para todos los venezolanos. Nos vemos muy pronto”.

El Nobel 2025 se convierte así en un símbolo poderoso: un reconocimiento global a la lucha por la libertad en un país donde sus líderes democráticos deben esconderse para sobrevivir.


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