El régimen de Nicolás Maduro reaccionó con dureza a la reciente advertencia del presidente estadounidense Donald Trump, quien aseguró que el espacio aéreo de Venezuela debe considerarse “cerrado en su totalidad”. La declaración, dirigida tanto a aerolíneas y pilotos como a narcotraficantes y traficantes de personas, desató una nueva escalada verbal entre Caracas y Washington.

Trump lanzó el mensaje a través de su red social Truth, en un contexto marcado por el despliegue militar estadounidense en el Caribe y el endurecimiento de su política hacia el chavismo. El líder republicano, que ha prometido “multiplicar” las acciones contra el narcotráfico regional, advirtió que cualquier sobrevuelo sobre Venezuela y sus alrededores debe asumirse como una operación en zona restringida.

La respuesta desde Caracas no tardó. A través de un comunicado del canciller Yvan Gil, el régimen venezolano calificó la advertencia como una “amenaza colonialista” y un acto “hostil y arbitrario”. El texto afirma que Venezuela “no aceptará órdenes ni injerencias de ningún poder extranjero” y denuncia que Washington busca “justificar agresiones” contra el país bajo el pretexto del combate al crimen organizado.

Como ocurre en cada episodio de tensión entre Caracas y Washington, La Habana se apresuró a respaldar a Maduro. El ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, afirmó que se ha detectado una “persistente interferencia electromagnética en el Caribe”, señalando directamente al despliegue militar estadounidense. Según el canciller cubano, esas acciones formarían parte de una escalada de “guerra psicológica” y “amenazas militares” contra Venezuela.

El intercambio de mensajes ocurre en paralelo a una decisión de gran peso tomada por la Casa Blanca: la designación del Cartel de los Soles como Organización Terrorista Extranjera (FTO). El grupo, que Washington identifica como una red criminal integrada por altos mandos del chavismo, estaría encabezado —según las autoridades estadounidenses— por el propio Nicolás Maduro.

La inclusión del Cartel de los Soles en la lista de organizaciones terroristas otorga a EE.UU. nuevas herramientas legales para sancionar, congelar activos y procesar penalmente a cualquier persona que colabore con la estructura criminal. El secretario de Estado, Marco Rubio, destacó que la organización “es responsable de violencia terrorista en todo el hemisferio” y reiteró que la administración estadounidense considera a Maduro un actor central del entramado de narcotráfico.

Caracas rechazó estas acusaciones, asegurando que no se han presentado pruebas públicas que demuestren tales vínculos. Sin embargo, la designación refuerza procesos previos, que ya señalaban a figuras claves del chavismo por delitos de narcotráfico, corrupción y violaciones a los derechos humanos.

El anuncio de Trump sobre el espacio aéreo coincide además con el despliegue del portaaviones USS Gerald R. Ford y una fuerza militar de más de 12.000 efectivos en el Caribe. Washington sostiene que la operación busca neutralizar rutas del narcotráfico, pero el movimiento envía un mensaje claro al régimen venezolano: la presión se intensifica y las opciones diplomáticas se reducen.

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