La madre del piloto cubano que escapó el viernes desde un aeródromo de Sancti Spíritus en una rústica avioneta AN-2 para llegar a Estados Unidos, desaprobó las acciones de su hijo y aseguró que no se encontraba detenida por la policía política, como informaban “campañas mediáticas”.

“Para conocimiento de todos los que me conocen. En la mañana de hoy mi hijo se fue ilegalmente del país llevándose la avioneta en qué trabajaba. Yo no apruebo su decisión, pero ante todo sigue siendo mi hijo. No estoy presa como andan diciendo ya en campañas mediáticas”, dijo en Facebook.

En la red social, la madre del aviador aparece con el nombre de Elisa Machado Padrón, trabajadora de la Empresa Eléctrica de Villa Clara y egresada de la Universidad Central de La Villas (UCLV) “Marta Abreu”.

El periodista Mario J. Pentón, de América Tevé, llamó la atención sobre el uso de la expresión “campañas mediáticas”, muy propio del discurso oficialista y gubernamental y, por extensión, de los aparatos represivos en la isla. “Curioso que utilice ese término de "campañas mediáticas" tan cercano a la Seguridad del Estado ¿Recibiría alguna presión? Todo es posible”, escribió.

De acuerdo con un reporte de CiberCuba la víspera, tras su llegada, el piloto, identificado como Rubén Martínez, fue interrogado por las autoridades estadounidenses, mientras que su familia —madre y hermanas— en la ciudad de Santa Clara, donde él reside, había sido detenida por la policía política.

El AN-2, de matrícula 1885, salió del aeródromo espirituano y habría aterrizado en la zona de los Everglades del estado norteamericano de Florida. El piloto trabajaba para la Empresa Cubana de Servicios Aéreos (ENSA), cuyo taller principal de la ENSA, con sede en La Habana, se ocupaba del ensamblaje de esos modelos de aeronaves adquiridos en Rusia.

Por el momento, ni las autoridades de Florida ni de Cuba se han pronunciado sobre el incidente. El Antonov An-2, también llamado Annushka, es un biplano monomotor extremadamente robusto, fabricado en la Rusia de la era soviética. En Cuba, se utiliza fundamentalmente en labores como la fumigación, el transporte turístico en rutas locales y de carga, y la extinción de incendios.

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