Luis Manuel Otero Alcántara y el Movimiento San Isidro han roto algo, han roto vallas transparentes que apresaban al cubano de la isla y lo alejaban de sus hermanos en el exilio, han quitado el miedo y devuelto la esperanza de que se puede luchar aun cuando sea con poesía, o música, o exponiendo tu propio cuerpo.

A pesar de que el gobierno de la isla intenta desprestigiar o socavar lo que hicieron estos jóvenes artistas, para otros cubanos fue una actitud valiente que encendió la llama.

Desde otra orilla del mundo, un cubano le envía estos versos con las más hermosas imágenes de cubanía, demostrando que la Patria no está encadenada a un sistema porque florece libre en el corazón de cada nacido en la isla o descendiente que no olvida sus raíces a pesar de andar desperdigado por medio mundo:

Dedicado a Luis Manuel Otero Alcántara y a todos los integrantes del movimiento San Isidro.

Mi madre está cosiendo una bandera Cubana.

Mi madre ya es una anciana y la vista a veces le falla.

Con cada puntada acaricia el hilo con que trabaja a cada puntada le clava una lagrima caliente de un país sin esperanza.

Mi madre nació en Omaja en una era olvidada.

Era cuando en Cuba toda mujer era dama.

Mi madre está cosiendo una bandera Cubana. ¿Porque coses esa bandera le pregunté una mañana? La vista me alzó aquella anciana ocupada y sin pensarlo respondió aquella pregunta osada.

Yo tengo un hijo mulato en el corazón de la Habana

es hijo mío y de todas las madres Cubanas,

yo le coso esta bandera para que la lleve en el alma.

Mi madre se sienta hacia el sol de su ventana alumbrada que dirige su posición hacia aquella Omaja olvidada.

Mi madre cose una bandera cubana desde el destierro lejano para su hijo mulato en el corazón de la Habana

para ese hijo que es hijo de todas las madres Cubanas.

Alexis Abrahantes Carralero

Desde el exilio, Homestead Florida

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