La cubana Felipa Hortensia Arencibia vive desde hace siete años un verdadero calvario. Su hijo, Raciel José Menejías Arencibia, nació con parálisis cerebral y microcefalia severa, condiciones que —según denuncia— fueron consecuencia del virus del Zika que contrajo durante el embarazo y que los médicos nunca le informaron.

“Mi niño nació con una parálisis cerebral producto de la enfermedad de Zika, que me dio a las 14 semanas. Fue una negligencia médica. Hasta las 32 semanas no se dieron cuenta de que el niño no crecía. Nunca me dijeron que venía con una enfermedad, para ellos todo estaba bien”, contó Arencibia al medio independiente CubaNet.

El pequeño Raciel, de apenas siete años, pesa nueve kilogramos, sufre desnutrición severa y reflujo gastroesofágico. Desde su nacimiento se alimenta por gastrostomía, ya que nunca ha podido ingerir alimentos por la boca.

“Si mi niño ha sobrevivido siete añitos ha sido gracias a mis cuidados, porque ha sido olvidado”, lamenta la madre. “Los médicos que lo operaron en el hospital William Soler se fueron del país. En cirugía ya no se atiende con nadie. Solo lo ve neurología y nutrición”.

La situación de salud del menor es crítica. Raciel sufre crisis epilépticas frecuentes y convulsiones, pero los medicamentos que necesita están en falta en toda la Isla. “El niño toma levetiracetam, diazepam y domperidona, y ninguno hay en Cuba. Solo entran por donaciones. Ahora mismo están en falta hasta en el hospital”, denunció Felipa.

Durante sus siete años de vida, el niño ha pasado largos periodos hospitalizado, algunos de hasta ocho meses continuos. Sin embargo, los médicos decidieron enviarlo a casa recientemente, admitiendo que “ya no hay más nada que hacer”. A pesar de ello, Felipa no se rinde: “Como madre, voy a seguir luchando hasta donde pueda, sin cansarme”.

En 2023, la mujer solicitó una visa humanitaria para que su hijo reciba atención médica en el Hospital Nicklaus Children’s de Estados Unidos, donde el caso fue aceptado oficialmente. No obstante, la familia no ha logrado reunir los fondos necesarios para concretar el viaje.

“Tengo el número de expediente y todo. Pero no hemos podido recaudar el dinero. Solo pido a las madres que tienen niños como el mío que me ayuden para que mi hijo pueda tener una mejor calidad de vida y me dure unos años más”, rogó la mujer.

El abogado del caso, radicado en Estados Unidos, confirmó que la parte legal está cubierta, pero falta quien firme un affidavit, documento indispensable para completar el proceso migratorio. “Señora, el costo legal nosotros se lo damos. Necesitamos alguien que firme el affidavit; dígales a las personas que quieren ayudarla que se comuniquen conmigo. La parte legal la tiene segura con nosotros”, le explicó el jurista.

Felipa aclara que no busca ayuda únicamente en Estados Unidos. Su único propósito es sacar a su hijo de Cuba hacia cualquier país donde pueda recibir tratamiento médico adecuado.

“Aquí en Cuba no hay solución para él. Mi niño tiene ceguera en ambos ojos. No camina, no habla, no ve. Solo escucha. Yo solo le pido a Dios que me ayude a lograr sacar a mi hijo a algún país donde se pueda salvar”, expresó con profunda tristeza.

Mientras tanto, Felipa Hortensia Arencibia continúa cuidando sola a Raciel, sin medicamentos, sin apoyo institucional y con escasos recursos, aferrada a la esperanza de que la solidaridad internacional le brinde una oportunidad para que su hijo pueda vivir con dignidad.

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