La designación de Germán Mesa como manager del equipo Cuba al próximo Clásico Mundial de Béisbol ha desatado una tormenta en la opinión pública, pero lo que más sorprende es que hasta la prensa oficialista ha reaccionado con molestia e inconformidad.

A pesar de que era un secreto a voces, su confirmación ha removido heridas mal cerradas en el béisbol cubano, especialmente por su vinculación con anteriores fracasos internacionales.

El periodista oficialista Joel García, una voz autorizada dentro de los medios controlados por el Estado, no dudó en mostrar su preocupación a través de un extenso post en su página de Facebook. En sus palabras, no solo se cuestiona la falta de transparencia con la que se manejó el anuncio, sino que también se critica duramente el secretismo respecto a los integrantes del cuerpo técnico y los peloteros convocados.

"¿Cómo es posible que en una conferencia oficial no se haya permitido a los periodistas indagar en los temas cruciales? ¿Qué se esconde? ¿Dónde queda el respeto a una afición que vive con pasión cada jugada?" —cuestionó García con tono directo y poco habitual dentro del periodismo alineado al gobierno.

Más allá del secretismo, también se revive el fantasma del fracaso. Joel García recordó con precisión quirúrgica que Germán Mesa fue parte del cuerpo técnico que acompañó a Armando Johnson en dos de los descalabros más recientes: el Premier 12 y los Juegos Panamericanos de Chile. Aunque ahora es el principal, el hecho de que fuera parte del equipo técnico que no dio resultados levanta más dudas que certezas.

"La polémica no está exenta de abrirse. Nadie cuestiona su gloria como pelotero ni sus títulos en Series Nacionales. Pero ¿por qué si se destituye al manager anterior por malos resultados, se premia al coach de banca de ese mismo desastre?" —recalcó el periodista.

A pesar de sus críticas, García reconoce que el reto es inmenso y que Mesa tendrá que demostrar su valía en un contexto adverso. Insistió en que el éxito no depende únicamente del director, sino del estado físico y mental de los jugadores. Sin embargo, lo que más exige —y lo dijo sin rodeos— es claridad, comunicación y respeto al pueblo cubano.

"Mientras más comunicación, transparencia y preguntas pueda responder sin misterio, más partidos estará ganando de antemano." Así cerró su crítica, que más que una simple opinión, parece una advertencia clara a la Federación Cubana de Béisbol: el pueblo está mirando, y esta vez no se conformará con silencios ni excusas.

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