Luis Alberto García: “No veo el espíritu de Martí en tanto castigo inhumano”
Redacción de CubitaNOW ~ viernes 9 de mayo de 2025

El reconocido actor cubano Luis Alberto García Novoa compartió un testimonio conmovedor que refleja con crudeza una de las prácticas más despiadadas del régimen cubano: el castigo extendido a las familias de quienes deciden emigrar sin el beneplácito del Estado. En su relato, García recuerda un viaje a las Islas Canarias junto a la actriz Luisa María Jiménez.
"Hace un par de décadas, Luisa María Jiménez y yo fuimos a Islas Canarias para actuar en una obra de teatro.
En el avión que nos llevó hasta Madrid, viajaban también una mujer cubana, joven aún, con sus dos hijos. Un varón que tendría unos nueve o diez años y una niña de siete.
"Callados y tensos los tres. Demasiado callados. No pude adivinar la causa de aquel comportamiento pero me llamó mucho la atención el hecho de que aquella madre sostuviera una mano de cada uno de sus hijos en las suyas durante horas mientras contenía las lágrimas. En algún momento me le acerqué intentando calmarla pues pensé que a ella le aterrorizaba volar en avión pero muy gentilmente me dijo que no se trataba de eso y la dejé tranquila.
"En el Aeropuerto de Barajas tomamos otro avión hacia Las Palmas de Gran Canaria y de nuevo me encontré con que la cubana y sus dos niños iban al mismo destino que Luisa y yo. Nos saludamos como viejos conocidos.
"Al final del viaje, tras pasar el último de los controles y salir con mi maleta escuché unos gritos desgarradores que provenían de dos lugares diferentes. Al voltearme ví a la muchacha anegada en llanto con sus dos niños, arrodillada en el piso y como a cincuenta metros venía corriendo, también dando gritos y llorando un hombre joven aún, hasta que los cuatro se fundieron en un amasijo de cuatro cuerpos que se abrazaban, besaban y temblaban con frenesí.
"El hombre cargó a la niña y no paró de besarla y olerla sin dejar de gritar y sollozar durante unos minutos que se me hicieron interminables.
"Todas las personas que fuimos testigos de aquella escena nos quedamos paralizados. ¡Sobrecogidos! Demasiado fuerte y angustioso. Entendí entonces que ese muchacho era el padre de aquellos niños. Eran una familia volviendo a ser UNA FAMILIA. Un poco después cuando él me reconoció me explicó el HORROR.
"Siete años antes, este hombre cubano, pintor y grabador, había ´desertado´ de una delegación artística de nuestro país en un viaje a España. Había dejado en casa a su esposa embarazada, con un niño de dos años con tal de labrar un futuro diferente para los cuatro. Fue su opción. Más que válida.
"El gobierno cubano, como castigo, ¡ impidió durante siete largos años! que pudiera reunirse con los suyos.
"Allí, en aquella lejana terminal aérea finalmente aquel hombre cubanísimo como las palmas reales, veía, tocaba y olía por vez primera a su niña, sangre de su sangre, carne de su carne, a la que le habían impedido conocer durante ¡ SIETE AÑOS… C… !
"!Qué ignominia! !Qué salvajada! ¡Cuánta ruindad y bajeza! ¡Qué venganza sucia!. Aquello me marcó para siempre. Me duran hasta hoy el desencanto y el asco. He sido testigo de semejantes procederes con cubanas y cubanos de todos los sectores pero, mire usted, no de todos los estratos.
"Obreros, campesinos, deportistas, científicos, médicos, artistas, intelectuales y analfabetos… casi nadie que haya decidido cambiar de aires y entorno se ha salvado de esa práctica deleznable. Excepto… los hijos, sobrinos, primos, tíos y grandes amigos de quienes ostentan el poder.
"El castigo a quienes el gobierno cubano considera desafectos y disidentes lo amplían y alcanza a sus familiares sin mostrar ni una gota de compasión.
"Hace poco no permitieron ( me han dicho) que Maykel Osorbo asistiera a la funeraria a rendirle tributo a su abuela que fue la persona que lo crió.
"Los procesos para sacar del país a los niños Amanda y Damir no pudieron ser más tortuosos y extenuantes. Veo las directas de un hombre negro, grande, valiente, defendiendo la inocencia de su hijo y la paz de su familia con sinceridad y aplomo. Ejemplos, de esos terribles, hay para llenar páginas y páginas.
"Pero quienes dirigen insisten en ser sordos y crueles. Hay montones de compatriotas presos que no dañaron propiedades estatales ni privadas, que no conminaron a la lucha armada, que no sabotearon, no agredieron a agentes del orden, que protestaron pacíficamente como está establecido en la Constitución y no aparece una revisión exhaustiva y justa de los procesos que les llevaron a prisión y mucho menos un indulto.
"Ahora, no permitieron que José Gabriel Barrenechea ( otro manifestante pacífico en una protesta popular contra los apagones) viera a su madre muy anciana, que tuvo que quedarse sola al mantenerlo a él tras las rejas, sin ser capaz de valerse por sí misma, malviviendo como podía e hicieron caso omiso a sus súplicas.
"Martí, ese cubano más grande que todos, al que las autoridades citan constantemente, fue capaz de encerrarse, sin guardaespaldas, con una de las dos personas que le envenenaron para matarle. Los cubanos que le cuidaban querían ajusticiar al traidor. El hijo de Leonor se los impidió. Al día siguiente ya había ganado a ese hombre para la causa cubana y consiguió que le dejaran en libertad.
"Ser martiano es obrar y pensar como José Julián. Pero no veo su espíritu ni su legado en tantos castigos desproporcionados. E inhumanos.
"José Gabriel Barrenechea ya no pudo abrazar a su madre ¡No olvidará! Muchos cubanos, como yo".
Luis Alberto García Novoa