La muerte de ocho recién nacidos en el Hospital Ginecobstétrico Diez de Octubre de La Habana ha conmovido a miles de cubanos, quienes piden que se aclaren los hechos y se tomen medidas con los responsables.

"Los médicos no serán culpables, pero sí son responsables", dijo este martes Yordanka Battle Moré.

"Siempre pensé que sería incapaz de matar a una persona (violando abiertamente la Ley de Nuestro Señor), hasta que hoy en la mañana vi la noticia de los ocho bebés muertos en Hijas de Galicia".

"Imagino por un momento: YO, con mi deseo ENORME de ser mamá. Meses de preparativos, de sentirlo en el vientre, anhelo de ver su carita, dinero invertido en una canastilla... ¿Para qué? ¿Para que me digan que el bebé murió? ¿Así?"

"Dicen por ahí que fue por una bacteria en Neonatología. Esta tragedia impacta mi vida porque yo, mis primos y los hijos de mis primos nacieron en ese hospital", confesó.

"La verdad que hay que tener el rostro de titanio, para luego pararse el Televisión Nacional a hablar sobre la reducción de la mortalidad infantil. ¡Qué triste es todo en este país!"

"La venganza es pecado, y estoy mal delante de Nuestro Señor. Pero tendría Él que desplegar su gran poder para que yo no aplicará en este caso la ley del talión", concluyó.

Según un escueto comunicado del Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP), "en el transcurso de este mes de enero, en el Hospital Ginecobstétrico Diez de Octubre, de la provincia de La Habana, lamentablemente han fallecido ocho recién nacidos con bajo peso al nacer y prematuridad. Cuatro de esos niños fallecieron a partir del pasado día 11 con signos presuntivos de sepsis y los demás por otras causas relacionadas con su delicado estado de salud".

El MINSAP dijo que una comisión nacional investiga las causas del hecho y acorde con los resultados se aplicarán las medidas pertinentes y el hospital se han adoptado medidas para hacer frente a esa situación y se cuenta con los recursos necesarios para atender a los recién nacidos.

Sin embargo, los cubanos no se creen la versión oficial.

"Me tocó asistir al velorio de un bebé y años más tarde a la muerte lenta por negligencia de una muchacha que dio a luz a su bebé para caer en coma y falleció una semana después. En ninguna parte aparecieron esas muertes en las cifras oficiales. Nadie me lo contó", dijo una cubana.

"Por eso cuando dejas de creerle al mentiroso, por tu propio respeto, siquiera pones en duda todo lo que venga de esa fuente. Triste la falta de humanidad en un país que se promulga solidario mientras la vida y la muerte son ignoradas. Mis condolencias a las familias de esos pequeñitos que vinieron por un breve tiempo a este mundo aunque fuera para despertar la mortandad de un pueblo zombi", agregó.

"Y no es solamente en hijas de Galicia, eso es en todos los maternos y salas de neonatología. Yo tuve jimaguas hace cuatro años. Los tuve prematuros de seis meses por una ginecóloga que nunca me reconoció. Nacieron de dos libras y cogieron una bacteria también en el salón, que le costó la vida a uno de ellos. La hembra estuvo muy malita y se salvó gracias a que yo era una fiera en sala de neonatología porque lo que vi fue horrible durante tres largos meses", contó una madre cubana.

"Los médicos son cómplices. Un doctor que se respeta no entra a un salón de cirugías con agua sucia cayendo del techo, con guantes lavados y puestos a secar al sol, no pone un cartón en un pie fracturado. Sale a protestar por falta de insumos, de higiene y de vergüenza. La dictadura arranca cabezas sin piedad y nadie quiere poner el muerto", opinó una cubana.

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