El popular youtuber cubano conocido por su personaje humorístico El Chicleee rompió el silencio esta semana para responder con firmeza a una serie de comentarios ofensivos que, según denunció, están afectando su reputación personal más allá del espacio de la comedia. A través de un video publicado en su cuenta de Instagram, el creador de contenido pidió a su audiencia que separe claramente al personaje que interpreta de su identidad real.

“Caballero, esto es un personaje”, enfatizó, visiblemente molesto pero tratando de mantener la compostura. Explicó que aunque muchos reconocen el carácter ficticio de El Chicleee, aún hay quienes insisten en vincular sus actitudes en cámara con su vida privada. “Me están atacando a mí como persona, no al personaje. Están dañando mi imagen en espacios donde no debería haber ningún tipo de conflicto”, aseguró.

El influencer destacó que el objetivo de su contenido es entretener, y que su personaje —excéntrico y provocador— es parte de un guion humorístico que no debe interpretarse de forma literal. “Pueden reírse, pueden burlarse del personaje si quieren, pero difamar ya es otra cosa”, advirtió, marcando un límite claro entre el humor y el irrespeto.

En su mensaje, también aprovechó para desmentir rumores que han circulado en redes, algunos de los cuales lo vinculaban con conductas delictivas o problemáticas. “Yo no soy alcohólico, ni consumo drogas, ni mucho menos soy un delincuente”, afirmó con contundencia, dejando claro que no permitirá que especulaciones dañen su vida personal o profesional.

Conocido por su carisma, lenguaje popular y exagerada gesticulación, El Chicleee se ha convertido en un fenómeno viral, acumulando miles de seguidores que celebran su estilo irreverente. Sin embargo, este episodio evidencia el precio de la exposición pública, y la necesidad de proteger la dignidad del individuo detrás del personaje.

Las declaraciones del youtuber apuntan a generar una mayor conciencia entre su audiencia sobre los límites del humor digital. En tiempos donde las redes sociales pueden distorsionar la percepción pública, su llamado es claro: la comedia tiene espacio, pero la difamación y el ataque personal no deben formar parte del espectáculo.

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