Una lujosa mansión en Coral Gables, valorada en más de 7 millones de dólares, quedó completamente destruida por un incendio que se desató en la madrugada de este viernes. La propiedad pertenecía al entrenador de los Miami Heat, Erik Spoelstra, quien vivía allí junto a su esposa y sus dos hijos pequeños.

De acuerdo con los reportes oficiales, el siniestro comenzó alrededor de las 4:30 a.m., y se requirió la presencia de más de 20 unidades de bomberos y un centenar de oficiales para intentar sofocar las llamas que arrasaron por completo la estructura. La residencia, de 5.700 pies cuadrados, contaba con cinco dormitorios, seis baños, piscina y una cancha de tenis.

Spoelstra fue grabado por testigos mientras observaba, visiblemente consternado, cómo su hogar se consumía. Aunque no se reportaron víctimas, las pérdidas materiales son incalculables. Las autoridades investigan las causas del incendio, pero no han confirmado si fue accidental o intencional.

Las redes sociales se llenaron rápidamente de mensajes de apoyo, empatía y también de debate sobre el hecho.

“Por más millonario que sea, es su hogar y sus recuerdos. Tiene dos niños pequeños que deben estar muy asustados”, comentó María Victoria Rodríguez, reflejando el sentir de muchos que lamentan la pérdida humana más allá de lo material.

Yazmín García coincidió: “Todo lo material no vale nada, la vida es lo primordial”, mientras Alicia Del Sol agregó: “Qué tristeza, pero gracias a Dios no hubo pérdidas humanas. Una casa se puede reconstruir, una vida no”.

Otros internautas mostraron una visión más crítica o sarcástica. José Juan Castillo escribió: “Bueno, él tiene billete, y con el seguro pronto tendrá otra mansión. Una clase media no se recupera tan fácil”. En la misma línea, Raidel Cortés ironizó: “Ni con los bomberos al lado se salva una casa de bagazo”.

Algunos, en cambio, insinuaron que el fuego podría haber sido provocado. “Duele ver un lugar tan bello destruido totalmente. Pinta a ser un sabotaje”, opinó María Elena Sañudo Leiva.

A pesar de las especulaciones, lo cierto es que la familia Spoelstra se encuentra sana y salva. El propio entrenador, conocido por su discreción, aún no ha hecho declaraciones públicas. Por ahora, se refugia junto a sus seres queridos mientras las autoridades y su compañía de seguros evalúan los daños.

El siniestro deja una imagen devastadora y una lección clara: el lujo puede perderse en segundos, pero la vida no tiene precio.

Del perfil de Javier Díaz

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