Tanto Lis Cuesta como su esposo, el gobernante designado cubano Miguel Díaz-Canel, expresaron su apoyo a Argentina ante la final de la Copa Mundial de Fútbol de Qatar, celebrada el domingo.

“Tengo amigos franceses que quiero mucho, pero...el tango es más lo mío. SUERTE ARGENTINA Ahhh, y tampoco tengo pullovito de Argentina”, escribió la funcionaria en Twitter antes de que la albiceleste derrotara a Francia en el juego decisivo del Mundial.

Algunos usuarios señalaron que la alusión a la prenda de vestir podría estar relacionada con las críticas luego de que, durante su visita oficial al Caribe, Cuesta fuera vista de compras en Granada, pidiendo un pulóver con imágenes de “piratas”.

Tengo amigos franceses que quiero mucho pero...el tango es más lo mío🤪😜SUERTE ARGENTINA 💓Ahhh, y tampoco tengo pullovito de Argentina 😂

— Lis Cuesta (@liscuestacuba) December 18, 2022

“Lo del pulovito es un reto, una provocación. Me llama la atención como esta mujer no aprendió nada de su antecesora. Su soberbia provinciana no la deja tener un perfil bajo como corresponde a una figura de poder circunstancial y temporal. Mal karma está generando para sí misma”, señaló un internauta.

Otros le reclamaron por el tono ligero de sus publicaciones, pese a tratarse de una funcionaria y esposa del mandatario de la isla. “Qué vergüenza das, un país como está que ni me medicamentos hay y tú comiendo tanta porquería”, expresó uno.

Su esposo también manifestó sus buenos deseos para la selección sudamericana, cuyo gobierno casualmente sostiene estrechas relaciones con el régimen comunista de La Habana. “¿Listos para el Argentina contra Francia? Desde Cuba, mucha suerte para Argentina”, dijo Díaz-Canel.

¿Listos para el #ArgentinaVsFrance?
Desde #Cuba, mucha suerte para 🇦🇷

— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) December 18, 2022

Cuesta fue criticada en los últimos días tras defender su tesis doctoral con un reloj de la marca francesa de lujo Cartier, cuyos modelos están valorados en varios de miles de dólares.

La selección argentina pudo volver a levantar el trofeo universal, luego de 36 años sin conseguirlo, en una dramática final que se definió por tanda de penales, arrebatándole el sueño a los europeos de coronarse en dos mundiales consecutivos, un logro que no se ve desde 1962, cuando Brasil repitió el título obtenido en 1958.

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