El ajedrez acelerará al máximo del 25 al 30 de diciembre con el Mundial de Partidas Rápidas y Blitz, que este año reunirá en Doha, Qatar, a más de 360 jugadores de élite. La cita, una de las más esperadas del calendario FIDE, marcará el regreso de Magnus Carlsen, ausente en 2024, y la presencia del actual campeón mundial D. Gukesh, lo que anticipa un torneo de altísima tensión desde la primera ronda. 

Pero una de las grandes miradas de Iberoamérica —y del propio torneo— estará puesta en Leinier Domínguez, quien llega con la etiqueta de número 11 preclasificado en la sección Open. A sus 41 años, el gran maestro cubano-estadounidense es uno de los jugadores más sólidos del planeta en ritmos rápidos, con una mezcla de sangre fría, cálculo quirúrgico y enorme experiencia en escenarios de máxima demanda. En Doha volverá a atacar, golpear y buscar un resultado grande en un certamen donde cada partida puede definir el destino del campeonato. 

La representación iberoamericana llega nutrida y con ambiciones. España presentará a José Carlos Ibarra, David Antón y Jaime Santos Latasa, tres jugadores con historial en torneos de ritmo rápido. México estará representado por José Eduardo Martínez Alcántara y Sion Galaviz, mientras que Chile contará con Cristóbal Henríquez, pieza clave de su generación. A ellos se suma el fenómeno argentino Faustino Oro, la gran promesa sudamericana de solo 12 años que sigue rompiendo barreras en la élite. 

Con figuras globales, retornos esperados y un campo masivo, el Mundial de Doha promete intensidad desde el arranque. En medio de ese torbellino, Leinier Domínguez llega preparado para demostrar que aún puede asestar golpes decisivos. Y esta vez, más que nunca, parece listo para volver a leñir.

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