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Líderes de la ALBA denuncian incautación de petrolero venezolano

Redacción de CubitaNOW ~ viernes 12 de diciembre de 2025

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Los líderes de la ALBA, esa supuesta alianza de solidaridad entre pueblos, han vuelto a mostrar su verdadero rostro: el de tiranos que lloran por sus privilegios mientras oprimen a sus ciudadanos. La reciente condena emitida por la agrupación, acusando a Estados Unidos de “piratería” tras la incautación de un petrolero venezolano, revela la profunda hipocresía de estos gobiernos.

No es sorpresa que quienes gobiernan bajo la bandera del comunismo y la opresión levanten la voz contra un acto legal destinado a cortar los recursos que sostienen sus regímenes. La indignación que muestran no nace de la preocupación por la soberanía, sino del miedo a perder el control del petróleo que alimenta sus redes de corrupción y represión.

Venezuela, Cuba, Nicaragua y otros miembros de la ALBA se han convertido en ejemplos claros de cómo el poder absoluto corrompe absolutamente. Los discursos de defensa de la patria, la soberanía y los derechos internacionales son solo cortinas de humo. Mientras acusan a otros de violar leyes internacionales, estos presidentes han construido sistemas donde el contrabando, la corrupción y la violación de derechos humanos son moneda corriente.

Los informes de represión interna, persecución de opositores y manipulación económica no son un secreto; son la realidad diaria que viven millones de ciudadanos atrapados en estas dictaduras.

Al presentar la incautación del petrolero como un “ataque directo”, estos líderes buscan desviar la atención de su propio saqueo. Sus pueblos sufren la falta de alimentos, medicinas y libertad, mientras ellos viven con lujos financiados por el petróleo y otros recursos malversados.

El ALBA no es un bloque de cooperación, sino una red de gobiernos que se sostienen mutuamente para proteger sus privilegios y garantizar la impunidad de sus crímenes.

La narrativa que construyen intenta vender a la comunidad internacional una versión donde ellos son víctimas, cuando en realidad son verdugos. La acción de Estados Unidos no es piratería, es un golpe a las estructuras que han permitido que estos presidentes se enriquezcan a costa de la miseria de su gente.

Cada declaración, cada comunicado, cada grito de “¡Piratería!” no hace más que mostrar la desesperación de líderes que saben que su tiempo y su impunidad se acortan. El ALBA es un ejemplo palpable de cómo la opresión y la corrupción pueden disfrazarse de solidaridad y defensa de la soberanía.

Fuente: La Nueva Cuba


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