"Hoy más que nunca debemos levantar la voz contra la indiferencia que nos ahoga. Si en tu casa no hay electricidad, si falta el agua, si el hambre y la escasez marcan tu rutina diaria, no lo normalices. No sigas actuando como si todo estuviera bien. Si el sistema no cumple contigo, ¿por qué tú deberías cumplir con él?"

Son palabras enérgicas de Lara Crofs, joven activista cubana, que se ha convertido en una de las voces más firmes del descontento popular. Desde dentro de la Isla, ha usado sus redes sociales y espacios públicos para denunciar las carencias del pueblo cubano, el abuso del régimen y la hipocresía institucional que exige sacrificio mientras ofrece miseria.

Crofs no pertenece a ningún partido político ni responde a intereses extranjeros. Su única bandera es la verdad y su causa es el pueblo. Con valentía, ha llamado a la desobediencia civil pacífica como respuesta a un gobierno que no garantiza lo más básico: luz, agua, comida, dignidad.

“No lleves a tu hijo a la escuela, no vayas al trabajo, no sigas siendo cómplice”, exige Lara en uno de sus mensajes. Su propuesta es simple pero poderosa: si el Estado no cumple, el ciudadano tampoco debe hacerlo. Basta ya de servir a un sistema que sólo devuelve opresión.

Un “gobierno” que ha fallado en su deber esencial no tiene autoridad moral para exigir nada. La responsabilidad del desastre no es del pueblo, sino de quienes prometieron justicia y trajeron ruina. Por eso, hoy más que nunca, se necesita el valor de decir... ¡basta!

Lara Crofs representa a una nueva generación de cubanos que ha perdido el miedo. Sus palabras no son de odio, sino de urgencia, de amor propio y de justicia. Ella nos invita a abrir los ojos y unirnos, no desde la violencia, sino desde la conciencia y la dignidad.

¡Unámonos, no más indiferencia! Exijamos lo que nos pertenece. Hoy, demos el primer paso hacia un futuro sin miedo, sin olvido, sin injusticia. El momento de actuar es ahora.

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