En la ciudad costera de Gibara, Holguín, la calma forzada tras la protesta del día anterior se quebró con la llegada de la represión. Se conoció que comenzaron las detenciones de varios de los participantes en la manifestación popular ocurrida la víspera, cuando decenas de ciudadanos salieron a las calles para denunciar la falta de electricidad, agua, alimentos, respeto y, en definitiva, de libertad y dignidad.

El periodista independiente José Luis Tan informó que ya hay arrestos en marcha, algo que muchos consideraban inevitable. “Era sabido y hasta extraño que no hubieran detenido inmediatamente a los que protestaron ayer en Gibara”, señaló, confirmando lo que es un patrón repetido en la isla: el régimen suele dejar que la manifestación se disperse para luego identificar, localizar y apresar selectivamente a los inconformes.

La protesta en Gibara, motivada por la desesperación acumulada de una población exhausta por los apagones prolongados, la escasez de agua potable y la falta crónica de alimentos básicos, se convirtió en una nueva demostración de la fractura social que atraviesa Cuba.

Las consignas no solo apuntaban a la crisis material, sino también a la ausencia de derechos y al hartazgo de una ciudadanía que exige ser escuchada.

Ahora, con las primeras detenciones, el mensaje oficial vuelve a ser claro: quien alce la voz, pagará el precio.

Este método de represión diferida, cada vez más evidente en los últimos meses, busca sembrar miedo y desalentar a quienes piensen en imitar el ejemplo de Gibara.

Sin embargo, lo único que consigue es poner de manifiesto el carácter asfixiante de un sistema que ya no tiene respuestas ni soluciones, solo castigos.

La pregunta que queda en el aire es si estos arrestos sofocarán el espíritu de protesta o, por el contrario, servirán de chispa para encender más reclamos en otras partes del país.

Gibara se suma así a la larga lista de localidades cubanas donde la población, harta de sobrevivir en condiciones inhumanas, decide enfrentar el miedo y gritar su verdad, aunque después llegue la inevitable represión.

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