La UNEAC homenajea a Delfín Prats tras décadas de censura y persecución
Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 17 de diciembre de 2025
Después de mantenerlo durante años en el ostracismo, censurarlo sistemáticamente y luego intentar lavar su historial con la concesión del Premio Nacional de Literatura en 2022, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) celebró recientemente los 80 años del poeta Delfín Prats, a quien presentó ahora como una “figura esencial de la literatura cubana”.
El reconocimiento institucional contrasta con una historia marcada por la exclusión. Prats fue una de las víctimas de las purgas culturales de la década de 1970, un periodo en el que numerosos intelectuales fueron marginados, vigilados o castigados por razones ideológicas, estéticas o personales. En su caso, la persecución estuvo atravesada también por su condición de homosexual, un estigma que el aparato cultural y represivo del Estado utilizó durante años como argumento para silenciarlo.
En su homenaje, la UNEAC elogió “la fineza y la sensualidad” de su obra, destacando el uso singular de la metáfora y su relectura de mitos y leyendas universales. También subrayó que la crítica literaria, dentro y fuera de Cuba, reconoce su poesía como una de las más relevantes del ámbito cubano y caribeño. Sin embargo, el discurso oficial evitó cualquier referencia al papel que la propia institución jugó en su marginación.
Uno de los episodios más reveladores de esa censura ocurrió tras la concesión del Premio David en 1968 a su poemario Lenguaje de mudos. La primera edición del libro fue prácticamente destruida y su autor quedó imposibilitado de publicar durante casi dos décadas. No fue hasta 1987 que Prats volvió a aparecer en el panorama editorial cubano.
Paradójicamente, la UNEAC ha destacado en fechas recientes el “legado invaluable” del poeta, pese a que Lenguaje de mudos —publicado en España en 1970 por Ediciones El Puente— no fue editado en Cuba hasta 2012, cuando Ediciones La Luz lo rescató en Holguín. El retraso evidencia la complicidad de las instituciones culturales oficiales en el prolongado silenciamiento de voces incómodas.
Durante los años de exclusión, Prats sobrevivió desempeñando diversos oficios y sufrió encarcelamiento en el Combinado del Este, además de vigilancia constante por parte de la policía política. Su amistad con Reinaldo Arenas lo colocó aún más en la mira del régimen; Arenas lo inmortalizó como personaje en Antes que anochezca y El color del verano.
Nacido y residente en Holguín, Prats estudió Filología y Lengua Rusa en la Universidad Lomonosov de Moscú. Su obra incluye títulos como Para festejar el ascenso de Ícaro, Cinco envíos a arboleda, Abrirse las constelaciones, Lírica amatoria, El esplendor y el caos, Striptease y eclipse de las almas y Exilio transitorio.
A pesar de su reciente “rehabilitación”, incluso la enciclopedia oficial Ecured reduce su trayectoria a una nota escueta, señalando que su bibliografía no es extensa, aunque reconoce —a regañadientes— su lugar cimero en la literatura cubana.
La figura de Delfín Prats también inspiró la película Santa y Andrés (2016), de Carlos Lechuga, cuyo retrato de un escritor homosexual y crítico del régimen fue considerado inaceptable por los censores oficiales. Hasta hoy, el filme continúa prohibido en Cuba.
El homenaje tardío de la UNEAC no borra décadas de silencio impuesto. Más que un acto de justicia cultural, la celebración expone la memoria selectiva de una institución que primero castigó al poeta y ahora intenta apropiarse de su legado sin asumir responsabilidades.