Susie Wiles, secretaria general del presidente Donald Trump y una de las figuras más influyentes de su entorno, provocó una tormenta política tras ofrecer declaraciones inusualmente francas sobre el mandatario y su gobierno en una serie de entrevistas con Vanity Fair. Sus comentarios, directos y poco habituales para una alta funcionaria en ejercicio, revelan tensiones internas, desacuerdos estratégicos y una visión crítica del estilo de liderazgo presidencial.

Entre las afirmaciones más llamativas, Wiles describió a Trump como alguien que “tiene la personalidad de un alcohólico”, pese a que el presidente es conocido por no beber alcohol. La funcionaria explicó que se refería a un tipo de carácter expansivo y dominante, comparándolo con el de “alcohólicos de alto rendimiento”, que tienden a exagerar rasgos de personalidad. Según dijo, Trump gobierna convencido de que “no hay nada que no pueda hacer”.

Wiles, quien creció con un padre alcohólico —el reconocido comentarista deportivo Pat Summerall—, aseguró tener experiencia lidiando con personalidades fuertes. A lo largo de las entrevistas, también reconoció que en el segundo mandato del presidente “podría haber un elemento” de represalia política contra adversarios, una percepción que, admitió, muchos estadounidenses podrían compartir.

“No creo que se despierte pensando en venganza”, afirmó, “pero cuando se presenta la oportunidad, la aprovecha”. Wiles reveló que intentó, sin éxito, persuadir a Trump para que abandonara los “ajustes de cuentas” durante los primeros 90 días de su nuevo mandato. Según relató, el impulso por promover procesos judiciales contra oponentes persistió, alimentado en parte por un deseo de revancha.

También admitió que el presidente no tenía pruebas para respaldar su acusación de que el expresidente Bill Clinton visitó la isla privada del delincuente sexual Jeffrey Epstein. “El presidente se equivocó en eso”, reconoció, subrayando que no existían evidencias que sostuvieran tal afirmación.

Las críticas de Wiles se extendieron a varios aliados cercanos de Trump. Sobre el vicepresidente J. D. Vance, señaló que fue durante años un teórico de la conspiración y sugirió que su giro hacia el trumpismo fue, en buena medida, político. En cuanto a Elon Musk, lo describió como “un tipo peculiar”, aunque dijo sentirse “horrorizada” por su papel en el desmantelamiento de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

La secretaria general también fue dura con la fiscal general Pam Bondi, a quien acusó de manejar “muy mal” la información relacionada con el caso Epstein, y calificó a Russell Vought, figura clave del Proyecto 2025, como “un fanático absoluto de la derecha”.

En política exterior y migración, Wiles expresó reservas sobre las deportaciones masivas y advirtió sobre posibles errores. Sobre Venezuela, afirmó que Trump estaría dispuesto a intensificar acciones hasta forzar la salida de Nicolás Maduro, aunque reconoció que cualquier ataque requeriría autorización del Congreso.

Fuente: CNN

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