El Departamento de Policía de Clearwater, Florida, mantiene abierta la investigación en torno a la muerte de Hulk Hogan, uno de los luchadores más reconocidos de la historia de la WWE, pese a que un informe forense concluyó que la causa fue un ataque cardíaco.

Según el comunicado oficial, se han entrevistado a múltiples testigos y solicitado registros médicos de diferentes proveedores para completar las pesquisas. El video de la cámara corporal de los agentes que acudieron al llamado de emergencia, así como la grabación del 911, no se han hecho públicos debido a que el proceso continúa.

Hogan, cuyo nombre real era Terry Bollea, murió el pasado 24 de julio a los 71 años, tras ser trasladado de urgencia desde su residencia frente al mar en Clearwater a un hospital local. El forense también reveló que padecía leucemia y fibrilación auricular, un trastorno de ritmo cardíaco irregular, concluyendo que su muerte se debió a causas naturales.

Las autoridades descartaron indicios de homicidio culposo, aunque subrayaron la complejidad del caso y la necesidad de recopilar todos los elementos antes de emitir un informe final. La familia de Hogan recibirá los resultados de la investigación antes de que estos se hagan públicos.

Figura legendaria de la lucha libre, Hogan fue el rostro de la primera WrestleMania en 1985 y múltiple campeón de la WWE, con al menos seis títulos. En 2005 ingresó al Salón de la Fama, del que fue removido en 2015 tras un escándalo por comentarios racistas, para luego ser reinstalado en 2018.

El 5 de agosto se realizó un funeral privado en una iglesia en Indian Rocks Beach, Florida, tras lo cual su familia informó que el luchador sería incinerado.

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