La Habana inicia diciembre entre miseria, apagones y abandono total
Redacción de CubitaNOW ~ lunes 1 de diciembre de 2025
La Habana, rebautizada por muchos cubanos como Churristán o la Capital de Oskuristán, comenzó este 1ro de diciembre marcada por la misma rutina de sufrimiento, abandono y deterioro que se ha convertido en el sello de la vida diaria en Cuba. Mientras en gran parte del mundo la llegada del último mes del año suele traer entusiasmo, preparativos festivos y esperanza, en la capital cubana el amanecer estuvo acompañado de colas interminables, apagones constantes, calles destruidas y un paisaje social cada vez más sombrío.

Las imágenes compartidas por La Tijera News ilustran el cuadro con crudeza: baches gigantes transformados en lagunas de aguas albañales, focos de infección que conviven en absoluta normalidad con la población. Estas aguas putrefactas, que deberían ser atendidas por las autoridades sanitarias, se han convertido en caldo de cultivo para mosquitos, enfermedades e insalubridad generalizada. El olor nauseabundo forma parte del entorno como si fuera algo habitual, un signo más de la negligencia estatal.

Los rostros de las personas lo dicen todo. Ancianos que pasan horas bajo el sol o en plena madrugada esperando conseguir un pedazo de pan o algo de comida; enfermos que deambulan sin medicamentos ni atención adecuada; madres que intentan proteger a sus hijos en medio de la oscuridad y la incertidumbre. El caos forma parte de lo cotidiano, y el tiempo parece detenido en un ciclo interminable de escasez y frustración.
El nuevo mes comienza como terminó noviembre: con apagones que afectan barrios enteros, promesas oficiales que nunca se cumplen y un sistema que continúa maquillando una realidad que ya nadie puede ocultar.
La propaganda repite que “se trabaja para el pueblo”, pero en las calles reina la miseria, el abandono y la desesperanza. La gente camina entre basura, churre, humo de motores viejos y la constante preocupación de cómo sobrevivir un día más.

No hay soluciones a la vista. Ni luz, ni alimentos, ni transporte, ni agua potable estable, ni respuestas claras. Para miles de habaneros, diciembre no trae celebración ni alegría, sino una continuación del drama diario que golpea con más fuerza a los más vulnerables.
La realidad no se tapa con consignas. El pueblo vive la verdad cada día: un país hundido en la oscuridad, administrado por un sistema que ha normalizado el sufrimiento.
Fuente: La Tijera