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La escasez golpea con fuerza a Santiago de Cuba, una ciudad al límite

Redacción de CubitaNOW ~ jueves 15 de mayo de 2025

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Santiago de Cuba atraviesa una de las crisis de abastecimiento más profundas de los últimos tiempos. La población enfrenta una realidad asfixiante: no hay pan suficiente, el gas licuado brilla por su ausencia y los productos de aseo personal apenas se distribuyen una vez cada tres meses. La cotidianidad de los santiagueros se ha transformado en una lucha diaria por acceder a lo más básico para vivir con dignidad.

Las autoridades locales han reconocido que la producción de pan está prácticamente detenida debido a la falta de harina. Los molinos permanecen inactivos y los envíos desde La Habana son esporádicos.

Como medida paliativa, se ha implementado un sistema de distribución rotativa entre municipios, lo cual genera desigualdad e incertidumbre. “El pan aquí... se distribuye rotativamente: hoy a un municipio, mañana a otro. No es para toda la provincia al mismo tiempo”, explicó Jorge Luis Arce Ferrer, directivo del sector alimentario.

A esto se suma la baja calidad del pan cuando se logra producir ya que según reportes de medios independientes, en ocasiones se utiliza harina envejecida.

La situación del gas no es mejor. Las autoridades han admitido públicamente que no hay disponibilidad en estos momentos. Aunque prometen una distribución rápida una vez que llegue el producto, no se han dado fechas concretas. "Ahora mismo no tenemos gas", declaró Lisette González Sardinas, funcionaria del sector energético. A pesar de los rumores, se ha negado que el gas se venderá en dólares o tiendas MLC, pero la falta de certezas genera un clima de desconfianza generalizada.

La escasez también se extiende al ámbito de la higiene. Artículos básicos como jabón, pasta dental y detergente solo se entregan cada tres meses, cuando hay suerte. "Hacemos colas desde la madrugada y muchas veces no conseguimos nada", relatan ciudadanos afectados. Las largas filas y la incertidumbre alimentan el malestar colectivo.

Las autoridades han prometido mantener informada a la población mediante canales oficiales, con actualizaciones semanales. Sin embargo, la falta de soluciones concretas ha hecho que muchos pierdan la fe en los anuncios institucionales. “La gente quiere respuestas, no discursos vacíos ni más colas”, expresa un residente visiblemente frustrado.

Mientras el gobierno intenta calmar los ánimos con promesas, la vida en Santiago de Cuba se vuelve cada día más difícil. La escasez no solo golpea la economía doméstica, sino también la moral de una población que ya no encuentra alivio en las palabras oficiales.

Del perfil de Yosmany Mayeta Labrada


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