Zoila Chávez, madre del escritor cubano José Gabriel Barrenechea, vive sus últimos días en un sufrimiento interminable en su hogar de Encrucijada, Villa Clara.

La mujer, de salud extremadamente delicada, clama por ver a su hijo, quien lleva más de seis meses encarcelado por participar en una protesta pacífica. Su desgarradora petición refleja no solo el dolor físico, sino también la brutal indiferencia del régimen cubano, que ha desoído su desesperada súplica.

José Gabriel Barrenechea fue arrestado el 8 de noviembre de 2024 tras participar en una manifestación en Encrucijada, en la que los residentes exigían la restitución de la electricidad tras largas horas de apagones.

Su arresto, basado en cargos de desórdenes públicos, ha dejado a su madre sola y agonizante, enfrentando la pérdida de su hijo en una cruel soledad. Desde entonces, Zoila ha sufrido no solo los efectos de una enfermedad grave, sino también la angustia constante de no poder despedirse de su hijo, cuyo encarcelamiento parece más una medida de castigo por su valentía que una respuesta a un crimen real.

En videos divulgados por la activista Carolina Barrero, Zoila Chávez expresa su sufrimiento y desesperación. En uno de esos clips, la mujer, visiblemente deteriorada, ruega entre lágrimas: “Lo único que quiero es estar con mi hijo, aunque sea un mes, antes de morir.”

El desgarrador testimonio de Zoila ha sido compartido ampliamente en redes sociales, denunciando la inhumana actitud del régimen ante el sufrimiento de esta madre, que ya ha soportado demasiadas pérdidas, incluyendo la muerte de su esposo y su hijo mayor.

La angustia de Zoila no solo es física, sino profundamente emocional. En sus palabras, se percibe la impotencia de una madre que ha perdido a casi toda su familia y que ahora se enfrenta a la soledad, agravada por la injusticia de un régimen que la niega incluso el derecho a una despedida digna.

Zoila, quien también enfrenta graves problemas de salud, ha compartido en sus videos que su mayor miedo no es la muerte en sí, sino morir sin poder ver a su hijo por última vez.

Mientras tanto, la comunidad internacional, incluidas personalidades del arte, la cultura y los derechos humanos, se ha unido para exigir la liberación de José Gabriel Barrenechea, condenado injustamente por ejercer su derecho a la libertad de expresión.

El régimen cubano continúa ignorando las peticiones y la situación de Zoila, demostrando una vez más su desprecio por los derechos humanos y la dignidad de los ciudadanos cubanos. La agonía de esta madre, condenada a la soledad y el sufrimiento, es un claro reflejo de la crueldad e inhumanidad del régimen de Miguel Díaz-Canel que mientras tanto pasea por Las Tunas visitando idílicos hogares de ancianos.

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