La polémica influencer cubana La Cintumbare decidió despedir el 2025 sin suavizar el tono. Fiel a su estilo confrontativo, dejó claro en redes sociales que no piensa retroceder ante las críticas, que —según ha sugerido en varias publicaciones— han sido constantes a lo largo del presente año.

En una de sus historias de Instagram, la creadora de contenido lanzó un mensaje que rápidamente se regó entre los seguidores y detractores: “Yo no bloqueo a nadie, yo hago que me bloqueen. Vine a meter presión, no a sentirla”. La frase, con su sello provocador, volvió a colocarlas en el centro de la conversación digital, donde su nombre suele moverse entre aplausos, burlas y debates encendidos.

El 2025, además, ha estado marcado por episodios que elevaron su nivel de exposición pública. Entre ellos, su deportación a Cuba, un hecho que desató reacciones encontradas y alimentó nuevas controversias alrededor de su figura. Sin embargo, lejos de proyectar derrota o victimismo, la influencer ha insistido en que su presente en la Isla no lo asume como una sanción, sino como una decisión personal: asegura que es ahí donde quiere estar y desde donde pretende construir su próxima etapa.

En los últimos meses del 2025, La Cintumbare también ha enfocado parte de su energía en su faceta musical. De acuerdo con lo que ha compartido en redes, está impulsando su carrera como cantante y trabajando en proyectos artísticos, apostando por ampliar su marca más allá del contenido viral que la hizo conocida. Todo lo anterior sin abandonar su personalidad pública: directa, retadora y siempre dispuesta a responder, con frases punzantes, a quienes la critican “desde la distancia”.

Con una audiencia dividida entre quienes la defienden y quienes la cuestionan, La Cintumbare llega al cierre del año reafirmando su narrativa: en su juego, la presión no se aguanta, se impone.

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