Kuki Delgado, hija mayor del popular músico cubano Alexander Delgado, líder del dúo Gente de Zona, volvió a captar la atención de las redes sociales al confesar con total naturalidad que usa bótox como parte de su rutina estética. La joven, que en diciembre cumplirá 24 años, compartió su experiencia a través de historias en Instagram tras salir de una clínica estética en Miami.

“Terminé de hacerme mi cara”, comentó sonriente en uno de los videos, donde explicó que el procedimiento forma parte de un mantenimiento anual. “Es un procedimiento que me hago una vez al año, es un baby bótox porque a mi edad no es muy necesario. Para mí es una satisfacción, a mí me encanta. Es molesto, pero no duele”, aseguró.

El llamado baby bótox se ha convertido en una tendencia creciente entre las jóvenes de Miami —y en muchas otras ciudades del mundo— que buscan prevenir las líneas de expresión antes de que aparezcan, sin recurrir a tratamientos invasivos. Kuki, que reside en Estados Unidos junto a su familia desde hace varios años, se suma así a este fenómeno que combina juventud, prevención y culto a la imagen.

Poco después, la influencer publicó una reflexión más extensa en su cuenta de Instagram, donde reiteró su entusiasmo por los resultados.

“Hoy me realicé el bótox después de cierto tiempo determinado y les quiero decir que estoy muy feliz, me encanta este procedimiento. Me encanta el proceso, aunque sea molesto, y amo los resultados. Yo realmente necesito mi piel con el brillo que deja el bótox”, escribió.

Con su habitual sinceridad y sentido del humor, la hija del intérprete de La gozadera se une a una generación de figuras públicas que hablan abiertamente sobre los retoques estéticos. En un contexto donde la exposición constante en redes eleva los estándares de belleza, muchas jóvenes —influenciadas por la cultura visual y el ambiente competitivo de Miami— recurren a tratamientos preventivos para mantener una apariencia fresca.

Lejos de esconderlo, Kuki Delgado defiende su decisión con orgullo, posicionándose en una corriente de mujeres que normalizan el cuidado estético sin culpa. Su postura, sin embargo, también ha abierto debate entre quienes cuestionan la presión social que empuja a muchas jóvenes a intervenirse cada vez más temprano en busca de la perfección.

Entre la naturalidad y la controversia, Kuki reafirma su autenticidad, mostrando que para ella el bótox no es vanidad, sino parte de una forma consciente de cuidar su imagen y sentirse bien consigo misma.

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