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Torre K: Controversia en La Habana por la inauguración de un hotel de Lujo en medio de la crisis económica

Redacción de CubitaNOW ~ lunes 6 de enero de 2025

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En La Habana, la próxima inauguración de la Torre K, el edificio más alto de la ciudad, ha generado un intenso debate entre los residentes. La torre, que se eleva a 154 metros de altura, albergará un hotel de lujo y se encuentra en el Vedado, un barrio conocido por sus rascacielos. Iniciada en 2018, la construcción de este hotel ha sido financiada enteramente con inversión cubana, según fuentes gubernamentales.

Mientras algunos ven la Torre K como un símbolo de progreso arquitectónico y modernidad, otros cuestionan la prioridad de un proyecto de esta magnitud en un contexto de crisis económica y deterioro urbano. Muchos residentes de la ciudad consideran que los recursos destinados a la torre podrían haberse empleado mejor en la renovación de edificios coloniales en ruinas cerca del centro de La Habana o en la construcción de viviendas para las familias de bajos ingresos, que enfrentan condiciones de vida precarias.

En las redes sociales, la polémica sobre la Torre K se intensifica. Los cubanos se preguntan por qué el gobierno sigue invirtiendo en la construcción de hoteles de lujo, a pesar de la caída en el turismo que ha afectado gravemente a la economía nacional. En 2024, Cuba recibió solo 2,2 millones de turistas, un millón menos de lo esperado y menos de la mitad de los niveles previos a la pandemia. La situación económica se ha visto aún más agravada por desastres naturales, escasez de combustible, inflación y apagones a nivel nacional que han impactado todos los aspectos de la vida en el país, incluido el sector turístico.

Este contraste entre el lujo de la Torre K y la necesidad urgente de atención a la infraestructura urbana deteriorada ha provocado fuertes críticas, especialmente cuando se observa que el gobierno cubano parece continuar apostando por el turismo internacional en lugar de atender las necesidades básicas de la población. Para muchos, la Torre K es un claro ejemplo de cómo las inversiones en sectores específicos no parecen tener en cuenta la realidad social del país.

Por otro lado, el gobierno cubano defiende la construcción del hotel como una forma de mejorar la infraestructura turística del país y atraer visitantes de alto poder adquisitivo, lo que, según ellos, podría generar ingresos importantes para la economía nacional. Sin embargo, los detractores de la obra cuestionan si este tipo de inversiones realmente beneficiarán a la mayoría de los cubanos o si solo contribuirán a consolidar un modelo de turismo elitista en un país que atraviesa serias dificultades económicas.

La Torre K, superando en altura otros edificios emblemáticos como el Memorial José Martí y el Hotel Habana Libre, refleja la creciente contradicción entre el avance arquitectónico y el estancamiento económico que caracteriza la realidad cubana. Mientras se inauguran imponentes estructuras, muchos se preguntan si el dinero invertido en estos proyectos no sería más útil en proyectos que beneficien directamente a la población que más lo necesita.


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