Las cubanas continúan ejerciendo la prostitución con extranjeros a cambio de recargas telefónicas y otras dádivas, informó este martes el Ministerio de Exterior (MINREX) en un informe sobre la trata de personas en el año 2022.

"Persiste la incidencia en Cuba de extranjeros que interactúan con jóvenes dedicadas a la prostitución a cambio de dádivas y recargas telefónicas, así como la promoción y venta online de videos e imágenes con contenido sexual, cuyo pago se materializa mediante transferencias bancarias desde el exterior e interior del país", dijo el MINREX en el Informe Nacional de Cuba sobre Prevención y Enfrentamiento a la Trata de Personas y Protección a las Víctimas.

En 2022 "no se detectaron hechos asociados a la trata de personas en instalaciones del turismo. Sin embargo, se detectaron y frustraron 13 hechos de proxenetismo y de prostitución, en los que no existió participación de menores de edad", agregó la citada fuente.

Por su parte, en el el sistema diario de información de incidencias del Ministerio de Educación (MINED), "se reportaron ocho hechos extraordinarios en el año. De ellos, se identificaron dos abusos lascivos, un acoso sexual, tres maltratos y dos violaciones".

"En estos hechos se vincularon ocho personas que recibieron medidas administrativas y penales. Los ocho menores de edad que fueron víctimas recibieron la atención requerida y permanecen asistiendo a las instituciones educativas en los territorios".

"Ninguno de los casos anteriores constituyó hechos de trata de personas, al no haberse cometido con fines de explotación, pero implicaron situaciones de riesgo o delitos contra los menores de edad, que de no haber sido atendidas pudieron haber derivado en la explotación de los mismos. Ello evidencia la efectividad del sistema preventivo multifactorial y la coordinación interinstitucional", agregó el MINREX.

Lamentablemente, según el citado informe, cinco niñas y una mujer fueron víctimas de explotación sexual en Cuba en 2022. Los tribunales acusaron a los implicados con hasta 18 años de privación de libertad por el delito de corrupción de menores en la modalidad de explotación sexual.

Las menores de edad tenían entre 13 y 14 años. Una de ellas fue vendida por su propia madre, según el Informe Nacional de Cuba sobre Prevención y Enfrentamiento a la Trata de Personas y Protección a las Víctimas.

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