La detención del judoca cubano Heriberto Rivero por parte de agentes de inmigración en Miami ha generado alarma entre sus familiares, quienes temen que sea deportado a Cuba y su vida quede marcada por represalias políticas.

Rivero, quien desertó de la selección nacional en 2022 durante una competencia en México, fue detenido el viernes 13 de junio tras presentarse a una audiencia en la corte de inmigración de Miami. El joven atleta había ingresado a Estados Unidos por la frontera sur y contaba con un permiso temporal (I-220A) que le permitía permanecer en el país mientras avanzaba su proceso migratorio.

Sin embargo, durante su primera cita ante el juez, no tuvo oportunidad de defender su caso. Según familiares, la audiencia fue breve y el juez no le permitió presentar argumentos antes de ordenar su arresto. “El juez ni siquiera lo escuchó”, relató una familiar. “Inmigración lo detuvo ahí mismo y se lo llevó”.

Desde su llegada a Florida, Rivero había comenzado una nueva vida, trabajando para mantenerse y apoyar a su pareja, quien está embarazada y teme por su situación legal. “Él es todo lo que tengo en este país. No tengo a nadie más”, confesó la joven, visiblemente afectada.

La familia teme que, si es deportado, Rivero enfrente sanciones severas en Cuba. En la isla, desertar de una delegación deportiva oficial implica la expulsión definitiva del sistema deportivo, la imposibilidad de volver a competir y, en muchos casos, la exclusión del mercado laboral. “Si regresa a Cuba, no podrá trabajar, ni vivir tranquilo. No va a tener futuro. Y si no lo desaparecen, lo hunden”, dijo su pareja.

Casos como el de Rivero se están volviendo más frecuentes bajo las nuevas políticas migratorias que endurecen las condiciones para los migrantes que entraron de forma irregular. Aunque su caso no ha sido cerrado formalmente, su detención ha encendido las alarmas entre activistas que denuncian la vulnerabilidad de quienes, como él, escaparon de regímenes represivos.

Rivero es uno de muchos deportistas cubanos que decidieron buscar libertad y oportunidades fuera de la isla, pero ahora se encuentra atrapado entre el endurecimiento de las políticas migratorias en EE.UU. y el miedo a represalias si es devuelto al país que dejó atrás.

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