Joven preso del 11J solicita ayuda para contratar un abogado: Le piden 9 años y la familia no tiene dinero

Redacción de CubitaNOW ~ viernes 24 de junio de 2022

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El joven cubano Raidel Rafael Guerra Godínez, de 33 años, lleva once meses preso en la cárcel de Valle Grande tras manifestarse de manera pacífica el pasado 11 de julio de 2021.

Guerra Godínez tiene una petición de nueve años de privación de libertad y su familia no tiene dinero para pagar un abogado.

Al joven lo acusan por los supuestos delitos de atentado, desórdenes públicos e instigación a delinquir.

Su pareja, Ariadna Barroso Moreno, ofreció una entrevista al medio independiente Cubanet para explicar la situación y pedir ayuda.

“Por el Estado cuesta 4200 pesos y no tenemos dinero para pagarlo. Yo soy una simple vendedora de escobas y haraganes por la calle y de ese mismo dinero que me gano tengo que llevarle el alimento a la cárcel porque allí la comida es mala y todo está caro”, explica.

Yo necesito ayuda, que alguien me acesore porque yo soy sola con él. La única que lo va a ver soy yo, él es huérfano y necesito que alguien me ayude para ver si yo puedo ayudarlo a él", dice.

La mujer mostró las condiciones en la que vive y aseguró que nadie le pagó a su pareja para que saliera a la calle a exigir sus derechos.

“Él salió el día 11 a pedir libertad porque vivimos como animales, salió a buscar justicia. Dicen que los que salieron fueron pagados y yo vivo en pésimas condiciones, al lado de una zanja que está podrida. Una gente pagada no puede vivir así como vivimos nosotros”, explica la joven, quien reside en el asentamiento Los Mangos, en el municipio capitalino de San Miguel del Padrón.


"Yo pido la libertad de Raidel. Raidel no es un delincuenta, él salió a pedir la libertad para todos los cubanos para poder vivir dignamente", concluyó.

En declaraciones anteriores el propio Raidel explicó a Cubanet que, solo en la Calzada de San Miguel se reunieron más de 3000 personas que gritaban frases como “Libertad”, “Patria y Vida” y “Abajo la dictadura”.

“Eso me erizaba la piel; veías eso y pensabas que se acababa la dictadura. La gente andaba en motos eléctricas, con palos y latas tocando y gritando ‘¡libertad!’”, dijo.

Sobre la respuesta del mandatario Miguel Díaz-Canel al pueblo Raidel comenta: “Él dijo que los revolucionarios tenían que salir a defender las calles y ellos fueron los que comenzaron a tirar piedras porque era una manifestación pacífica. Así tendrían una justificación para intervenir y apresarnos”.

El joven recuerda que el día que lo detuvieron los agentes de la Policía le gritaban “idiota, gusano, negro de mierda”.

Fue llevado inicialmente a la estación de Aguilera, en el municipio Diez de Octubre y en la madrugada lo transfirieron a Valle Grande, donde los guardias lo recibieron con una golpiza.

“Me dieron patadas, piñazos; me dieron por los oídos, me partieron la boca, me pasaron la cara por la pared; me decían que no mirara a los guardias y que si me desmayaba me iban a meter la tonfa por detrás”, relata.


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