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Joven embarazada de El Cobre duerme entre escombros tras el paso del huracán

Redacción de CubitaNOW ~ viernes 14 de noviembre de 2025

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La historia de una joven embarazada en el poblado de El Cobre en Santiago de Cuba estremece la comunidad dentro y fuera del país. Tras el devastador paso del Huracán Melissa, la vivienda donde residía quedó reducida a paredes agrietadas, fragmentos de madera y una cama inexistente. Desde entonces, duerme en el suelo, rodeada de escombros y sin las condiciones mínimas para esperar el nacimiento de su bebé.

Su nombre es Lisbeth González y su realidad refleja el drama silencioso que viven cientos de familias cubanas después de cada fenómeno meteorológico: abandono, precariedad y un Estado ausente. No tiene colchón, no tiene alimentos suficientes, no tiene un techo que la proteja. Sus familiares y vecinos aseguran que no ha recibido ninguna visita oficial para evaluar daños ni ofrecer apoyo, a pesar de su embarazo avanzado y la evidente vulnerabilidad en la que se encuentra.



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“¿Cómo voy a pensar en el nombre de mi hijo si no tenemos dónde vivir?”, escribió en un mensaje enviado entre lágrimas. Sus palabras describen una angustia que ningún ser humano debería enfrentar, mucho menos una futura madre que necesita seguridad, estabilidad y asistencia.

Mientras tanto, las autoridades afirman que la recuperación “avanza”. Pero en barrios como el suyo, las imágenes demuestran lo contrario: techos arrancados, familias sin agua ni comida, ancianos esperando sin respuestas y niños durmiendo en condiciones inseguras. La comunidad denuncia que las ayudas internacionales que llegan a la Isla nunca alcanzan a quienes realmente las necesitan. Se entregan a cuentagotas o simplemente desaparecen en manos de intermediarios oficiales.


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Los comentarios en redes sociales reflejan impotencia, indignación y solidaridad. Muchos cubanos sugieren que la joven busque refugio en centros locales mientras llega alguna solución, pero otros señalan que ni esos espacios están preparados para acoger a todas las víctimas. La desesperación colectiva habla de un país donde sobrevivir a un huracán es solo el primer paso; el segundo, más duro todavía, es sobrevivir al abandono institucional.

La imagen de Lisbeth envuelta en una bandera cubana, sentada entre los restos de su hogar, ya circula ampliamente. Para muchos, simboliza a toda una nación golpeada, resistiendo en ruinas y pidiendo ayuda mientras el gobierno mira hacia otro lado.

Hoy, esta joven madre necesita algo más que palabras: necesita acciones. Y Cuba, una vez más, queda al desnudo ante el mundo

Del perfil de La Tijera


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