El reguetonero cubano Jacob Forever celebró este domingo 21 de diciembre su cumpleaños número 44 rodeado del cariño de sus hijos, en una jornada que tuvo un matiz especial: fue su primer aniversario personal después de la separación de La Dura, su expareja y madre de su hija menor.

A través de sus redes sociales, el artista publicó varias fotos familiares donde se le vio sonriente, relajado y con una vibra distinta: menos foco en el escenario y más en lo esencial. En las imágenes aparece junto a sus tres hijos, Riler, Laira y Saisha, posando en un ambiente tranquilo y cercano, de esos que los seguidores suelen celebrar porque muestran al cantante lejos del personaje público y más cerca del padre.

Junto a la publicación, Jacob escribió: “Feliz cumpleaños Jacob Forever”, un mensaje breve que bastó para activar miles de reacciones y una avalancha de comentarios cargados de afecto. Entre los mensajes que más llamaron la atención estuvo el de su hija Saisha, que le dejó una frase directa y emotiva: “Felicidades, papá, eres el mejor del mundo, te amo mucho”. Ese tipo de detalle terminó dándole a la fecha un tono todavía más íntimo y significativo.

La felicitación no quedó solo en casa. Varios colegas del género urbano se sumaron con buenos deseos. Nombres como El Chulo y Dale Pututi le escribieron mensajes de salud, larga vida y éxitos, reforzando la idea de que, más allá de colaboraciones o tendencias, también hay una comunidad que acompaña.

En otra publicación, Jacob compartió una foto especialmente tierna con sus hijos y remató con una frase que resumió el momento que está viviendo: “Lo más lindo de la vida, los hijos, la familia.” Sus seguidores interpretaron el gesto como una señal de equilibrio: pese a los cambios personales, el cantante se mostró sereno, centrado y agradecido.

A sus 44 años, el intérprete de “Hasta que se seque el malecón” parece atravesar una etapa de renovación, con los afectos como prioridad. Y si algo dejaron claro las imágenes del fin de semana, es que celebró como más le gusta: sin excesos, pero con amor del bueno, el que se queda en casa.

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