El rostro demacrado que aparece en la nueva ficha policial de Rolando Zaldívar, exlocutor del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), ha sorprendido a quienes lo recuerdan como una voz familiar de la radio y la televisión estatales en Cuba.

Zaldívar, quien reside en el sur de Florida desde hace más de una década, fue arrestado en el condado de Miami-Dade por posesión de cocaína, posesión de parafernalia con intención de consumo y dos cargos de hurto menor, según los registros públicos de internos. La base de datos también consigna una orden judicial activa y fianzas de 150 dólares en los delitos menores.

En la ficha figura como Zaldívar Molina, Rolando, nacido el 7 de septiembre de 1972, y se incluye una imagen reciente en la que aparece rapado, con barba rala y la mirada cansada, muy distinta a la del carismático presentador que alguna vez acompañó a artistas como Juana Bacallao en programas y eventos culturales dentro de la isla.

La información fue divulgada inicialmente por el influencer Alexander Otaola, quien compartió la foto policial en redes sociales, generando una ola de reacciones entre quienes recordaban la trayectoria mediática del exlocutor.

No es la primera vez que el nombre de Zaldívar aparece vinculado a problemas judiciales. En marzo de 2019, el portal CiberCuba reportó su arresto en Miami por presunta violencia doméstica y asalto con arma, un caso que atrajo atención mediática por tratarse de una figura pública. Posteriormente, los cargos fueron desestimados, según confirmó el propio Zaldívar en un video donde pidió ayuda para cubrir los gastos legales.

Ahora, con esta nueva acusación por posesión de drogas, el antiguo presentador vuelve al centro de la controversia. Su historia se suma a la de muchos migrantes cubanos que, tras alcanzar cierta notoriedad en los medios, enfrentan años después una realidad marcada por dificultades económicas, desarraigo y problemas de adicción.

El caso, más allá del aspecto judicial, plantea interrogantes sobre el deterioro emocional y social que padecen algunas figuras que emigran buscando estabilidad y terminan atrapadas en circunstancias adversas.

Por el momento, el expediente de Zaldívar se mantiene activo en la base de datos del condado de Miami-Dade, donde figuran sus cargos actuales y la programación de audiencias pendientes.

Así, el que alguna vez fuera un rostro y una voz reconocibles de la radio cubana aparece hoy en una imagen carcelaria, testimonio de una biografía marcada por la caída y las segundas oportunidades que nunca terminan de llegar.

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