La alcaldía Cuauhtémoc, en Ciudad de México, retiró recientemente las estatuas de Fidel Castro y Ernesto "Che" Guevara del Jardín Tabacalera, tras detectar irregularidades en su instalación y recibir numerosas quejas vecinales. Las figuras, que conformaban el denominado “Monumento Encuentro”, serán resguardadas mientras se decide su destino final a través de un proceso formal de catalogación.

Según informó la alcaldía liderada por Alessandra Rojo de la Vega, una revisión a cargo de la Dirección General de Cultura y Educación (DGCE) reveló que las esculturas fueron colocadas por primera vez en 2018 sin contar con la autorización del Comité de Monumentos y Obras Artísticas en Espacios Públicos (COMAEP), instancia encargada de regular estos procedimientos en la Ciudad de México.

En 2019, las figuras fueron reinstaladas en el mismo lugar, pero nuevamente sin cumplir con los requisitos legales. No se presentó la documentación completa ni se dio seguimiento a las recomendaciones técnicas emitidas por el comité. Además, la solicitud de instalación estaba respaldada por firmas de supuestos vecinos, pero sin acreditación de identidad ni domicilio, lo que pone en duda la legitimidad del respaldo comunitario al monumento.

“Ni el Che ni Fidel pidieron autorización para instalarse en Cuba… y tampoco en la Tabacalera. Pero aquí sí se cumple la ley. Cuauhtémoc libre", escribió Rojo de la Vega en su cuenta oficial de X (antes Twitter), marcando una postura crítica ante el simbolismo político de las estatuas.

Desde su instalación, el monumento fue blanco de vandalismo en repetidas ocasiones. Las esculturas aparecieron pintadas con manchas rojas y blancas, como reflejo del rechazo de algunos sectores de la población a lo que consideran una glorificación de figuras autoritarias. La presencia de Fidel y el Che en un espacio público mexicano ha generado un constante debate sobre la idoneidad de rendir homenaje a personajes asociados con regímenes represivos.

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