El destacado actor cubano Alberto Pujol compartió detalles poco conocidos sobre su vida en Cuba y en Miami, donde se radicó hace algunos años. En una entrevista con el youtuber Adrián Fernández, confesó que sus inicios en Estados Unidos fueron extremadamente difíciles, al punto de que casi tuvo que vivir en la calle por falta de recursos económicos.

"Tuve una etapa donde no tenía dinero ninguno y no tenía cómo pagar un lugar donde vivir", reveló el actor, quien precisó que fue gracias a una prima que logró tener un techo durante más de un año.

Pujol explicó que encontrar trabajo en Miami no fue una tarea sencilla y parte de la razón fue el estigma que le dejó su personaje de El Tavo en la serie policial "Su propia guerra". Este papel, aunque le otorgó gran popularidad en Cuba, también le creó una imagen de delator y cooperador del régimen, lo que afectó sus oportunidades laborales en la comunidad cubana exiliada.

"Yo puedo haber hecho El Tavo 10 veces, pero yo sabía que no tengo que ver con un tipo que le cae atrás a otro porque está vendiendo queso o hamburguesa", aseguró.

El actor también rememoró lo complicado que era trabajar en un programa financiado por el Ministerio del Interior cubano, entidad que según él se caracteriza por ocultar la verdad. En este sentido, Pujol desmintió la creencia de que los artistas en Cuba viven con privilegios, aclarando que muchos enfrentan las mismas penurias que el resto de la población.

"Yo, siendo muy famoso, tenía que empujar mi carro para llevar a mi hija a la escuela porque no tenía gasolina, porque no ganas dinero para tener gasolina".

Antes de emigrar a Estados Unidos en el año 2000, Albertico regresó a La Habana tras vivir varios años en Colombia. Sin embargo, al intentar buscar empleo en el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), le cerraron las puertas argumentando que "se había ido" del país. Ante esto, Pujol les respondió con firmeza: "Yo no me fui, tú te quedaste. Porque si hubieras tenido la oportunidad de irte, te habrías ido también".

Desde su llegada a Miami, ha desempeñado diversos trabajos ajenos a la actuación, incluyendo el de chef, empleo que disfrutó debido a su pasión por la cocina y el de agente de seguridad en una clínica. Este último le generó situaciones curiosas, pues la gente al verlo con uniforme pensaba que estaba filmando una película.

A pesar de haber encontrado éxito en Estados Unidos, Albertico asegura que su corazón sigue atado a Cuba y que este sentimiento lo comparten todos los artistas cubanos que han emigrado. No obstante, debido a sus declaraciones contra la dictadura, afirma que no se le permite regresar a su país natal, una realidad que enfrenta con la nostalgia y la convicción de haber tomado la mejor decisión para su vida.

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