Interminables colas de jubilados en los bancos de Manicargua donde no hay cajeros automáticos.

Redacción de CubitaNOW ~ jueves 12 de septiembre de 2024

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Interminables son las colas de jubilados en los bancos de Manicargua, municipio de la provincia de Villa Clara, donde solo se comercializa por transferencias, acción que les resulta incómoda y a veces imposible a un adulto mayor. Según el internauta Héctor Tol Etón, las colas son tan extensas que hasta un desmayado hubo, según testigos presenciales. Eso fue en el Puente de los Pulidos. 

Todo esto es producto a una "inteligencia superior" que se le ocurrió poner todo en tarjetas en un municipio sin transporte y sin cajero, máxime cuando hablamos de personas de la tercera edad ya jubilados.

La situación descrita en Manicaragua refleja una problemática común en muchas partes de Cuba, donde la implementación de políticas financieras y la falta de infraestructura adecuada afectan gravemente a la población, especialmente a los adultos mayores. La bancarización forzada en un municipio sin cajeros automáticos y con un sistema de transporte deficiente pone en una situación de vulnerabilidad a los pensionados, quienes deben hacer largas colas para retirar su dinero.

Las consecuencias de esta política son visibles: las largas esperas, los desmayos y el desgaste físico y emocional de los ancianos son prueba de ello. Los testimonios de los residentes resaltan la desesperación y la indignación de la comunidad, quienes ven cómo su calidad de vida se deteriora por la falta de acceso adecuado a sus propios fondos.

La crítica apunta no solo a la logística deficiente, sino también a una falta de consideración hacia las necesidades de la tercera edad. La limitación de retirar solo 2 mil pesos en cada visita al banco es otro factor que agrava la situación, obligando a los ancianos a pasar más tiempo y esfuerzos innecesarios para acceder a su dinero.

La mayoría tienen que emplear toda la mañana en una cola para sacar el dinero que les pertenece por su trabajo o jubilación. Hay que tener en cuenta que un cubano de 70 años en Cuba no atesora de su vida ni sueños, ni recuerdos de su niñez ni buenos momentos de juventud; son solo personas de la tercera edad que dieron lo que iban a dar, que fueron explotadas, y ahora son olvidadas y humilladas. Son eso y nada más: no hay poesía, ni sueños, ni muñecas rusas. En Cuba, los ancianos agonizan hasta partir del plano terrenal.

Ser joven es tener proyectos y una salud aceptable para emprenderlos; por eso la gran mayoría cuando ve una posibilidad, parte sin mirar atrás. Ser adulto mayor es sólo arrepentirse de no haber hecho lo que ahora hace el joven o sencillamente decir:¡ay Dios, hasta cuándo!. Y es que desde 1959, en Cuba se agoniza y aún muchos están a la espera de "la llegada de los americanos" que nunca se produce. Lo que sí es seguro en muchísimos hogares cubanos es la hambruna, la desesperanza, la tristeza. Ya no hay anhelos y lo que es peor, parafraseando a Honoré de Balzac, las ilusiones están perdidas. 

Adentrándonos en las redes, he aquí algunas opiniones: "bancarización en Manicaragua un pueblo donde no hay transporte ni cajeros; eso es una forma de machucar al ciudadano de cualquier edad, no sólo al pensionado.

"Muy importante, no puedes sacar tu salario del mes, lo más que puedes extraer es 2 mil pesos cada vez que vas al banco ¡sin palabras!; la miseria que pagan y cuando logran cobrar ya lo han gastado en merienda haciendo cola para cobrar.

"Te pasas el mes trabajando y otro mes detrás de las colas en el banco para poder cobrar lo que les dé las ganas de pagarte. ¡Ah! y sin contar las veces en las que se va la corriente o no hay agua ¿esto es vida?" 

La situación de Manicaragua no es un caso aislado, sino un reflejo de un problema más amplio en el país, donde la infraestructura bancaria y el transporte no están a la altura de las necesidades de la población, exacerbando las dificultades diarias de los cubanos. La desesperanza y la tristeza se han convertido en una constante, afectando tanto a jóvenes como a adultos mayores, quienes se han quedado sin sus sueños. En fin, que no se ve la luz al final del túnel y no es solo en Manicaragua... Es ¡en todo el país! y realmente, lo que es inconcebible es que en pleno siglo XXI sigamos viviendo como se puede... ¡en modo supervivencia!


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