En las calles de La Habana Vieja, específicamente en la calle Águila casi llegando a Reina, se ha reportado un intento de atropello que ha llamado la atención de residentes y turistas por igual.

Según fuentes locales, se trataría de un método que se ha vuelto cada vez más frecuente en la ciudad, especialmente dirigido a personas que visitan Cuba y manejan vehículos de alquiler temporal.

El procedimiento es sencillo pero peligroso: alguien se arroja deliberadamente frente a un automóvil para simular un accidente. Inmediatamente, otras personas involucradas en la operación aparecen haciendo escándalo, generando confusión y sirviendo como testigos coordinados del supuesto incidente.

El objetivo principal de esta estrategia es exigir dinero en efectivo, generalmente en dólares, bajo el pretexto de llegar a un acuerdo antes de que la situación se complique con la intervención de la policía.

La táctica resulta particularmente riesgosa para los turistas que están por regresar al exterior, ya que verse envueltos en un conflicto legal o policial podría impedirles salir del país.

Aunque no todos los incidentes en la vía pública son falsos, los relatos de vecinos y transeúntes sugieren que este nuevo "negocio" callejero está ganando terreno y generando preocupación entre quienes circulan por zonas transitadas de La Habana Vieja y Centro Habana.

Este fenómeno evidencia la complejidad de la vida cotidiana en algunas áreas de la capital cubana. Entre verdaderos accidentes de tránsito y maniobras organizadas para extorsionar, los visitantes deben extremar precauciones al manejar y al cruzar calles concurridas. El caso reportado en la calle Águila deja en evidencia que, más allá de la seguridad vial, existe un componente social y económico que motiva este tipo de incidentes.

En este contexto, es importante que los turistas estén informados y mantengan la calma ante situaciones sospechosas. La denuncia temprana y la colaboración con las autoridades locales pueden ser clave para evitar convertirse en víctima de estos esquemas.

La mezcla de accidentes reales y estafas deliberadas refleja la diversidad de experiencias que enfrenta cualquier persona que transita por las calles de La Habana, recordando que la precaución es siempre la mejor aliada.

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