¡Increíble! El gobierno culpa al pueblo por consumir “demasiada” electricidad mientras la infraestructura colapsa
Redacción de CubitaNOW ~ lunes 16 de junio de 2025

Durante el domingo 15 de junio, en pleno Día de los Padres, Cuba vivió una de las jornadas con mayor afectación eléctrica en lo que va de 2025.
Lejos de ofrecer soluciones, las autoridades de la Unión Eléctrica (UNE) culparon a la población por un supuesto aumento “imprevisto” de la demanda eléctrica, lo que obligó a interrumpir incluso los cortes programados y desconectar más circuitos. A las 9:10 p.m., el país registró un déficit de hasta 1.630 megavatios, en un momento en que el consumo superó los 3.400 MW.
El gobierno, en voz del director de Electricidad Lázaro Guerra Hernández, reconoció que siete unidades termoeléctricas están fuera de servicio por averías o mantenimientos, y admitió limitaciones térmicas adicionales por 363 MW. A pesar de los intentos por impulsar la generación solar, la falta de baterías para almacenar energía hace que esta alternativa no funcione durante las horas críticas del atardecer y la noche.
Las causas de este colapso energético son conocidas por los ciudadanos: obsolescencia tecnológica, ausencia de mantenimiento, falta de combustible y una planificación ineficaz. Lo que alguna vez fue presentado por el gobierno como una “situación coyuntural” se ha consolidado como una realidad permanente. “Las promesas oficiales no han pasado de ser frases repetidas. Lo cotidiano en Cuba es la oscuridad”, señaló Marlen Rodríguez Acosta, una de las muchas voces críticas en redes sociales.
Mientras el país se apaga físicamente, la rabia digital se enciende. Cientos de usuarios en Facebook, X y Telegram expresaron su malestar ante lo que consideran una burla: un gobierno que responsabiliza al pueblo por simplemente querer celebrar una fecha familiar con algo de luz y ventilación.
“Es la misma historia todos los días”, escribió Tomás Benavides, quien como muchos otros denunció la inacción estatal ante una crisis que lleva años sin resolverse.
Sin embargo, a pesar de este evidente malestar, las críticas rara vez trascienden el entorno virtual. El miedo, la represión y la falta de organización impiden que las quejas se traduzcan en manifestaciones ciudadanas que ejerzan presión real sobre el régimen. La inconformidad, aunque extendida, sigue siendo silenciosa fuera del espacio digital. La población cubana, agotada y sin esperanzas, parece resignarse a vivir con los apagones como parte del paisaje cotidiano.