Una detallada denuncia en Facebook, da cuenta de la deficiente atención en el hospital Ciro Redondo de Artemisa.

Enfermarse es complicado para los pobladores de esa ciudad, lo vivido de primera mano por este usuario, deja muy mal parado al cacareado sistema de salud cubano.

Aquí su relato:

Paciente Armando Lara Ortiz de 51 años de edad residente en el municipio de Artemisa ingirió accidentalmente Cloro y al llegar al hospital Ciro Redondo recibió los primeros auxilios.

Posteriormente comenzó toda una odisea pues para realizarle una Endoscopía se requería un dictamen de responsabilidad de parte del médico que lo recibió, término este que no alcancé a comprender. Todo esto duró media hora.

Para agilizar dicha gestión víctima de una especie muy rara de burocracia acudí a entrevistarme con Mario, director de dicha instalación hospitalaria quien me atendió de una manera muy correcta, acudiendo de inmediato a la sala de Gastro, resolviéndose de una vez dicho trámite en el que se dilataba ilógicamente dicho proceso de atención de urgencia a un paciente cubano de a pie como todos los que acuden a esta polémica instalación de salud.

En el hospital se respira un ambiente de mucha desorganización, situación que se agrava por la escasez de personal calificado de experiencia quienes son sustituidos por estudiantes, en su mayoría de sexto año, que no cuentan con ninguna experiencia para encarar la alta demanda de casos ante la gran carencia de insumos médicos, camilla, sillas de ruedas y otros artículos indispensables para que un hospital pueda funcionar como es debido.

Una doctora que pidió permanecer en el anonimato manifestó que no hay recursos ni médicos suficientes para atender casos de urgencias a lo que le respondí que el problema entonces era sistémico y que lo más triste era tener que escuchar todas las mentiras que transmite el Noticiero de Televisión con relación al sistema de salud cubano.

El paciente Armando Lara en estos momentos se encuentra en observación en una sala donde ya el hacinamiento comienza a perturbar la tranquilidad de los pacientes y acompañantes que allí se encuentran.

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