En un reciente informe presentado por Juan Carlos Alfonso Fraga, vicejefe de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), se destacó que para el cierre de 2023, la población de Cuba con residencia efectiva fue de 10,055,968 habitantes. Sin embargo, debido a la disminución del número de nacimientos y el continuo movimiento de personas hacia el exterior, la población actual es menor a esos 10 millones y, según Alfonso Fraga, se espera que siga disminuyendo.

Alfonso Fraga introdujo el concepto de población efectiva, que incluye a todas las personas que, en un año calendario, nacieron en el país o en el extranjero, pero que residen de forma permanente en Cuba. Esto implica haber acumulado 180 días o más de residencia durante el año y no haber fallecido.

El vicejefe de la ONEI explicó que la cifra actual es un 10.1 por ciento menor a la registrada el 31 de diciembre de 2020, y similar a la de 1985. Además, informó que hasta el 31 de diciembre de 2023, un millón 249,733 personas estaban fuera del país, de las cuales alrededor del 75 por ciento debían ser descontadas de la población por no tener residencia efectiva en el período 2021-2023.

La disminución de la población se distribuyó en un 50.8 por ciento de hombres y un 49.2 por ciento de mujeres. Del total, el 8.6 por ciento tenía entre 0-14 años, el 79.5 por ciento estaba entre 15-59 años, y el 11.9 por ciento tenía 60 años o más.

Para los 10,055,968 habitantes calculados, Cuba cuenta con 304,717 menos mujeres en edad fértil (15-49 años). De estas, más del 70 por ciento están en las edades más reproductivas (15-39 años), lo que sugiere una continuación en la reducción del número de nacimientos. Alfonso Fraga pronostica que en 2024, el número de nacimientos estará por debajo de los 80,000, la cifra más baja desde 1959, datos que son respaldados por la Encuesta Nacional de Fecundidad del 2022.

Esta disminución poblacional tiene un impacto significativo en las tasas del movimiento demográfico y en diversos indicadores per cápita en los ámbitos económicos, sociales y ambientales. Es importante entender estos cambios no desde un punto de vista valorativo, sino como resultado de comportamientos estadísticos. La tendencia decreciente de la población cubana subraya la necesidad de políticas y estrategias que aborden estos cambios demográficos y sus efectos en la sociedad.

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