La influencer cubana Kary y su esposo Jony, quienes residen fuera del país, están de visita en Cuba y han estado compartiendo su recorrido por varias provincias a través de redes sociales. Recientemente, la pareja vivió un incidente en Viñales que generó gran revuelo entre sus seguidores.

Mientras exploraban esta zona turística de Pinar del Río, fueron abordados por una mujer que se identificó como Inspectora Estatal. Según relataron en un video publicado en su canal de YouTube, la funcionaria intentó imponerles una multa alegando que violaban el Decreto-Ley 91, que exige un permiso de migración para acompañar a extranjeros.

Kary y Jony solicitaron ver el documento legal que supuestamente respaldaba la medida, y al revisarlo, notaron que la regulación estaba dirigida únicamente a trabajadores por cuenta propia que ofrecen servicios como guías turísticos, lo cual no era su caso.

La pareja aclaró que solo estaban visitando la zona por invitación de un seguidor y no estaban ejerciendo ninguna actividad comercial.

Pese a los argumentos presentados por los influencers, la supuesta inspectora insistió en su interpretación del reglamento. Finalmente, tras una breve discusión, optó por dejarlos continuar, pero no sin antes advertirles que solo lo hacía porque se encontraba “de guardia”, insinuando que les estaba otorgando un favor excepcional.

Además de Viñales, Kary y Jony han visitado municipios como Marianao y Holguín. En sus publicaciones muestran imágenes del día a día en la Isla, evidenciando problemáticas como los apagones, la escasez de productos básicos y las marcadas diferencias sociales.

El video del incidente en Viñales ha despertado múltiples reacciones, con seguidores compartiendo experiencias similares en distintas regiones del país. La pareja acumula más de 17 mil seguidores en Instagram y supera los 40 mil suscriptores en YouTube, donde documentan sus viajes y reflexiones sobre la realidad cubana.

Según investigaciones independientes, en Cuba no existe una ley específica que exija a ciudadanos cubanos un permiso migratorio para acompañar a extranjeros, salvo en el caso de servicios turísticos prestados de manera profesional. El hecho ha reabierto el debate sobre el uso ambiguo de ciertas normativas y el trato a cubanos que regresan del extranjero.

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