En septiembre, la inflación en Estados Unidos alcanzó su nivel más bajo desde febrero de 2021, situándose en un 2.4% interanual, según los últimos datos de la Oficina de Estadísticas Laborales. Aunque esta cifra representa una ligera reducción respecto al 2.5% de agosto, no cumplió con las expectativas de los economistas, quienes anticipaban un descenso al 2.3%. Este dato llega a menos de un mes de las elecciones presidenciales, donde la economía juega un papel crucial.

Durante los últimos años, el aumento en los precios, especialmente en gasolina y alimentos, ha afectado la popularidad del presidente Joe Biden. A pesar de que la inflación se encuentra más cerca del objetivo del 2% marcado por la Reserva Federal, los consumidores continúan sintiendo el impacto en sus gastos cotidianos, ya que, aunque la inflación se ha desacelerado, los precios siguen siendo elevados.

De acuerdo con una encuesta de Gallup, el 52% de los votantes consideran la economía como un tema extremadamente importante en las próximas elecciones, convirtiéndola en una de las principales preocupaciones de los electores. A su vez, los altos costos en productos básicos y energéticos han sido un foco de atención para los rivales políticos de Biden, quienes han criticado su manejo de la inflación.

La reciente subida del precio de los alimentos, que registró un incremento del 0.4% en septiembre, fue uno de los principales factores que impulsó el alza mensual del índice general en un 0.2%. Además, el aumento de los precios del crudo amenaza con encarecer aún más el combustible, un gasto que afecta directamente a millones de estadounidenses.

La Reserva Federal ha estado tratando de lograr un "aterrizaje suave" de la economía, reduciendo la inflación sin afectar negativamente el crecimiento económico o el empleo. En este sentido, las recientes cifras de empleo, que muestran una disminución de la tasa de paro al 4.1%, indican que la economía estadounidense se mantiene sólida, lo que refuerza la estrategia gradual de la Reserva.

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, inició una serie de recortes de tipos de interés en septiembre con una rebaja agresiva de medio punto, pero los analistas ahora prevén que los próximos ajustes serán más moderados, probablemente de 0.25 puntos. La próxima reunión del banco central tendrá lugar después de las elecciones, los días 6 y 7 de noviembre, y los recientes datos de inflación refuerzan la idea de mantener un enfoque prudente.

A pesar de los avances, la Reserva Federal aún enfrenta desafíos para controlar completamente la inflación. La inflación subyacente, que excluye los volátiles precios de la energía y los alimentos, se situó en un 3.3% interanual, por encima de las expectativas del mercado. Cualquier aumento en los precios energéticos podría complicar la tarea del banco central en su objetivo de estabilizar los precios y garantizar un crecimiento sostenido.

Aunque las cifras de septiembre muestran señales positivas, la Reserva Federal y los responsables de la política económica permanecen atentos a posibles fluctuaciones que podrían desviar la recuperación económica.

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