El incendio forestal declarado en el parque natural de Els Ports, en la comarca del Baix Ebre (Tarragona), ha desatado una crisis sin precedentes. Alimentado por vientos que alcanzaron los 90 km/h durante la noche, el fuego ha calcinado ya más de 2.900 hectáreas y ha obligado a confinar a unas 18.000 personas en municipios como Paüls, Xerta, Aldover, Jesús, Roquetes, Bítem, Remolins y otros núcleos de Tortosa. La emergencia llevó a activar a la Unidad Militar de Emergencias (UME), desplegada con más de un centenar de efectivos y 47 vehículos. La situación sigue siendo crítica, especialmente en zonas como Tivenys, donde las llamas lograron cruzar el río Ebro, uno de los temores más graves de los Bomberos.

"El fuego ha tenido un comportamiento extremo", admitió David Borrell, jefe de los Bomberos, al amanecer del martes. Las llamas avanzaron con tal velocidad que obligaron a centrar esfuerzos en proteger vidas humanas y bienes materiales antes que en la contención directa del incendio.

Ya durante la tarde del lunes, pese al uso intensivo de maquinaria pesada y agua, los flancos derecho e izquierdo del fuego avanzaban. La orografía montañosa del terreno y la intensidad de las ráfagas de viento han dificultado todas las tareas de extinción.

El Ayuntamiento de Tortosa decretó confinamientos estrictos en los barrios afectados, y Protección Civil envió alertas masivas a móviles para advertir del peligro inminente.

"La aparición de focos secundarios a escasos 200 metros del perímetro original demuestra una intensidad devastadora", advirtieron los Bomberos.

Aunque parte del perímetro se ha estabilizado, el avance hacia una superficie estimada de 3.500 hectáreas aún no puede descartarse.

Fuente: La Vanguardia

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