El mundo parece amanecer hoy con una esperanza de terminar la guerra arancelaria entre dos grandes potencias: EEUU y China y es que el Gogante Asiático acepta el desafío de Trump y abre la puerta a una negociación comercial basada en el respeto mutuo.

China ha mostrado su disposición a negociar con Estados Unidos en medio de la creciente guerra arancelaria entre ambas potencias. Así lo ha comunicado el Ministerio de Comercio chino este jueves, en un contexto de tensión en el que, por ahora, Pekín ha decidido recoger el guante lanzado por Donald Trump.

“China está abierta a entablar negociaciones económicas y comerciales con Estados Unidos, siempre que se basen en el respeto mutuo”, ha declarado el portavoz del Ministerio, He Yongqian. Esta respuesta se produce después de que la Casa Blanca amenazara con imponer aranceles de hasta un 245% a los productos chinos, una medida que ha encendido aún más los ánimos.

Desde que Trump reactivó la guerra arancelaria el pasado 2 de abril —día que calificó como el ‘Día de la Liberación’— la escalada de represalias ha sido constante. En un movimiento especialmente significativo, China ordenó a sus aerolíneas que no acepten nuevas entregas de aviones de la estadounidense Boeing, afectando directamente a una de las compañías más importantes del país norteamericano, cuya principal fuente de ingresos proviene de las exportaciones manufactureras.

En respuesta, la Administración Trump instó a Beijing a iniciar conversaciones, declarando que “la pelota está en el tejado de China”. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, aseguró que el país asiático necesita llegar a un acuerdo: “China necesita lo mismo que todos los países: al consumidor estadounidense. Necesitan nuestro dinero”.

Sin embargo, horas más tarde, Washington elevó de nuevo la presión, advirtiendo a Beijing de que podrían imponerse aranceles adicionales si no hay avances en la negociación. Pese a estas amenazas, China ha apostado por el diálogo como salida al conflicto.

“Estados Unidos debería resolver sus diferencias con China mediante un diálogo equitativo”, declaró el portavoz del Ministerio de Comercio chino, destacando que han mantenido una comunicación reciente con sus homólogos estadounidenses.

Este cruce de declaraciones marca un momento clave en la guerra comercial. Aunque ambos gobiernos siguen manteniendo posturas firmes, la reapertura del canal de diálogo sugiere una posibilidad de desescalada. La presión económica y el impacto directo en sectores estratégicos como la aviación podrían estar motivando un cambio de tono.

Por ahora, tanto Trump como Xi Jinping parecen dispuestos a tantear la posibilidad de un acuerdo. El mundo observa con atención cómo evoluciona este pulso entre las dos mayores economías del planeta.

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