Nuevos datos obtenidos mediante una demanda federal muestran un panorama distinto al discurso oficial sobre la política migratoria del Gobierno de Donald Trump. Entre enero y mediados de octubre, agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) detuvieron a casi 220,000 personas, de las cuales alrededor de 75,000 no tenían antecedentes penales, pese a que la Casa Blanca ha insistido en que sus operaciones se centran en criminales peligrosos.

Las cifras fueron compartidas por el Proyecto de Datos sobre Deportaciones de la Universidad de California en Berkeley, que accedió a ellas tras una acción legal. Se trata de información recopilada por una oficina interna de ICE encargada de registrar arrestos, detenciones y deportaciones, cifras que el Gobierno dejó de publicar de manera regular a comienzos del mandato.

Ariel Ruiz Soto, analista del Instituto de Política Migratoria, señaló que los datos contradicen la narrativa oficial. “La Administración ha insistido en que se dirige a delincuentes convictos, pero estas cifras muestran que están deteniendo a muchos sin historial criminal”, afirmó.

Los registros no distinguen entre delitos menores y graves, lo que dificulta evaluar el nivel de peligrosidad de los detenidos. Tampoco incluyen las detenciones realizadas por la Patrulla Fronteriza (CBP), que en meses recientes ha ejecutado redadas en ciudades del interior del país, incluso fuera de las zonas fronterizas. Analistas advierten que el traslado de cientos de agentes de CBP hacia operaciones internas dificulta conocer cuántos arrestos están realizando y cuántos se traducen en deportaciones.

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS), del que dependen ICE y CBP, no respondió a solicitudes de comentarios sobre los hallazgos. Sin embargo, informes de prensa señalan que la Casa Blanca presionó fuertemente a las oficinas locales de ICE para aumentar el número de detenciones. NBC News reveló que Stephen Miller, uno de los asesores más influyentes de Trump, llegó a exigir que la agencia detuviera al menos a 3,000 migrantes por día, amenazando incluso con despidos si no se cumplían los objetivos.

Los números reales están muy por debajo de ese límite. Desde el 20 de enero, ICE ha promediado 824 detenciones diarias. Aunque representa más del doble de la cifra registrada bajo la Administración de Joe Biden en 2024, sigue distante de las metas planteadas por la Casa Blanca. Del total de detenidos, cerca del 90% eran hombres, y la mayoría procedía de México, Guatemala y Honduras. Además, más del 60% tenía entre 25 y 45 años, un porcentaje que, según expertos, incrementa la presión sobre sectores laborales que dependen de mano de obra migrante.

George Carrillo, director del Consejo Hispano de la Construcción, advirtió que la intensificación de estas operaciones ya está afectando a empresas que emplean trabajadores inmigrantes. “Incluso conservadores influyentes están viendo el impacto en sus negocios y están cuestionando esta estrategia”, expresó.

Hasta ahora, no se conoce cuántos de los detenidos han sido deportados. No obstante, casi 23,000 migrantes aceptaron abandonar el país voluntariamente. Actualmente, más de 65,000 personas permanecen recluidas en centros de detención administrados por ICE, según datos del DHS.

Fuente: NBC News

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