La elección de Bad Bunny como figura central del espectáculo de medio tiempo del Super Bowl encendió reacciones encontradas entre seguidores y detractores. Pero la controversia no se limita a lo artístico: un comentario político elevó la discusión hacia un terreno mucho más sensible.

El exjefe de campaña de Donald Trump, Corey Lewandowski, aseguró en The Benny Show que “ICE tendrá refuerzos en el Super Bowl durante el show de medio tiempo de Bad Bunny”. La afirmación dejó entrever la posibilidad de operativos migratorios en medio del evento deportivo más visto de Estados Unidos, lo que ha generado inquietud en comunidades latinas y de inmigrantes.

Con un discurso cargado de dureza, Lewandowski sostuvo: “No hay ningún lugar donde se pueda proporcionar refugio seguro a las personas que están en este país ilegalmente. No en el Super Bowl ni en ningún otro lugar. Te encontraremos. Te detendremos. Te llevaremos a un centro de detención y te deportaremos”. Y añadió: “Sepan que es una situación muy real bajo esta administración, que es completamente contraria a como era antes”.

Las palabras, más allá de su alcance práctico, proyectaron una carga política y simbólica: la imagen de agentes federales patrullando un evento cultural masivo plantea dudas sobre seguridad, derechos y la relación entre migración y vida pública. Para muchos latinos, la mención de redadas en un espacio de celebración revive miedos históricos.

Lewandowski también cuestionó la presencia de Bad Bunny en el escenario del Super Bowl, insinuando que el artista “parecía odiar a Estados Unidos”. Hasta ahora, el intérprete de “Debí tirar más fotos” —su más reciente álbum, que rompió récords en Spotify— no se ha pronunciado al respecto.

El trasfondo artístico suma otra capa al debate. El multipremiado músico cerró recientemente una exitosa serie de conciertos en Puerto Rico y, según reseñas, optó por limitar ciertas presentaciones en EE.UU. para evitar la posibilidad de que agentes migratorios asistieran a sus shows. Su confirmación en el Super Bowl, por tanto, no solo refuerza su peso en la cultura global, sino que también reaviva la discusión sobre identidad, política y representación latina en el mayor escaparate deportivo del país.

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