El vocero oficialista Humberto López volvió a encender la indignación de los cubanos al justificar la más reciente subida de precios de ETECSA. Durante el programa Hacemos Cuba, el presentador aseguró que los ingresos obtenidos por la empresa estatal de telecomunicaciones “ayudarán a resolver los apagones”. Como si no bastaran las promesas incumplidas del pasado, López ofreció una nueva explicación para encarecer un servicio deficiente: esta vez, el dinero se usará para mejorar la red eléctrica nacional.

No es la primera vez que el gobierno intenta disfrazar sus abusos como soluciones. Antes dijeron que las ganancias de ETECSA se usaban para comprar leche infantil. Ahora, afirman que servirán para mitigar los apagones que azotan al país con creciente intensidad. Lo cierto es que esas justificaciones son solo palabras vacías, lanzadas por un poder que no rinde cuentas y que tampoco publica cifras verificables sobre lo recaudado ni cómo se usa.

“¿Qué hospitales? ¿Los que se caen a pedazos? ¿Qué alimentos? ¿Los que venden en dólares o los combos que solo se compran desde el exterior?”, preguntó el periodista José Raúl Gallegos en sus redes sociales, llamando a ETECSA y a toda la cúpula gobernante “ladrones”. Su crítica apunta al corazón del problema: la falta total de transparencia.

Nada garantiza que ese dinero no acabe, como siempre, financiando el aparato represivo y la burocracia ineficiente del régimen.

La reacción ciudadana no se hizo esperar. Decenas de cubanos han calificado las palabras de Humberto López como “una burla” y “una falta de respeto”. En redes sociales, muchos exigen una verdadera rendición de cuentas, acceso a servicios dignos y un país donde la mentira no sea la norma.

“De todos estos abusos, enredos y chantajes se sale de una sola forma: eliminando la dictadura”, remató Gallegos, en un mensaje que ha sido ampliamente compartido.

Mientras el régimen insiste en su narrativa propagandística, la realidad golpea más fuerte. Precios en alza, apagones interminables y un pueblo cada vez más frustrado. La credibilidad del gobierno es un naufragio a la vista de todos, y ni Humberto López ni ETECSA pueden maquillar ese desastre por mucho más tiempo.

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