Un espeluznante crimen sacudió a los residentes de Miami Beach este fin de semana, cuando la policía encontró el cuerpo sin vida de una mujer dentro de un contenedor de basura en los apartamentos Blackstone, ubicados en la intersección de la calle Ucho y la avenida Washington. La víctima fue identificada como Elizabeth Caruso, de Nueva Jersey, y su propio hijo, Anthony Rosario Caruso, de 40 años, ha sido arrestado como principal sospechoso del asesinato.

Elizabeth había viajado desde su residencia fuera del estado para verificar el estado mental y físico de su hijo, según indicaron familiares preocupados por su paradero. Al no recibir noticias de ella durante más de seis horas, solicitaron a las autoridades un chequeo de bienestar.

Agentes de la Policía de Miami Beach acudieron al lugar alrededor de las 9:20 p.m. del sábado. Al llegar, encontraron rastros de sangre en el piso del pasillo que conducía desde un apartamento hasta el cuarto de basura, ubicado justo enfrente. Dentro del cuarto, la escena era aún más inquietante: sangre en las paredes, el suelo y un rastro que bajaba por el conducto hasta el interior del contenedor, donde finalmente fue hallado el cuerpo de la víctima.

Los oficiales intentaron comunicarse con Anthony Caruso en su apartamento, pero no obtuvieron respuesta. Ante la posibilidad de una situación de riesgo, se activaron las unidades SWAT y de negociación de rehenes. Tras varias horas de resistencia y con una orden judicial en mano, los agentes ingresaron a la fuerza en la unidad. Caruso fue finalmente detenido luego de que se usaran un taser y un perro policía, resultando herido en un brazo.

El informe forense determinó que Elizabeth Caruso presentaba múltiples fracturas en el rostro, brazos y cabeza, además de una herida profunda en el cuello que casi le provocó la decapitación, lo que indica una muerte extremadamente violenta.

Anthony Caruso fue trasladado a un hospital por sus heridas y luego a la estación de policía, donde se negó a declarar. Se encuentra bajo custodia y enfrenta cargos por asesinato en segundo grado con arma. Las autoridades sospechan que el crimen podría estar vinculado a problemas de salud mental, aunque las circunstancias exactas aún se investigan.

La escena del crimen fue acordonada durante horas mientras se recolectaban evidencias. La policía encontró prendas en la acera, rastros de sangre, una toalla colgada en un árbol y otros elementos que podrían ser claves para el caso.

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