Descarga gratis nuestra App

‘Han enfrentando generaciones, exiliados contra residentes…’ – Lara Crofs describe la división que sostiene al régimen

Redacción de CubitaNOW ~ jueves 25 de diciembre de 2025

Article feature image

Muchos se preguntan cómo un país entero ha soportado 67 años bajo un régimen opresivo. La respuesta no es simple ni se reduce a la supuesta pasividad o cobardía de la población. Lo que sostiene una dictadura por tanto tiempo es un sistema complejo de control absoluto, miedo persistente, desgaste diario y engaño constante.

Desde el inicio, toda diversidad política fue eliminada. No había alternativas ni competencia real; simplemente, la gente aprendió a adaptarse y a sobrevivir. Las generaciones crecieron con una narrativa única, impuesta a través de medios, escuelas y discursos oficiales, hasta que la rutina se confundió con la realidad incuestionable. Muchos, como Lara, recuerdan que de niños llegaban a creer que tenían “todo lo necesario” sin siquiera comprender lo que era tener algo propio de verdad.

El miedo, aunque no siempre visible, se volvió omnipresente. No siempre se manifestaba con violencia directa; era sutil, disfrazado de amenazas cotidianas: perder el empleo, quedar marginado, ser señalado por expresar una opinión diferente. Con el tiempo, este miedo se normalizó y se hizo casi invisible. Muchos cubanos crecieron aprendiendo a hablar bajo voz, a callar lo que sabían y a fingir conformidad para protegerse.

A esto se suma el agotamiento diario. Luchar por las necesidades más básicas absorbe toda la energía, dejando poco margen para organizarse o exigir cambios. La fatiga física y emocional se convierte en un obstáculo poderoso que mantiene a las personas inmersas en la rutina y dificulta la unión para transformar la sociedad.

El régimen también cultivó divisiones profundas. Se enseñó a desconfiar de los vecinos, a preocuparse más por etiquetas ideológicas que por construir una estrategia común. Residentes contra exiliados, disidentes contra disidentes, debates internos que distraen del verdadero enemigo: un sistema que se perpetúa a través del aislamiento y el condicionamiento generacional.

Sin embargo, a pesar de todo esto, la claridad colectiva no puede ser completamente dominada. Comprender los mecanismos de opresión libera de la culpa y la fractura, dejando espacio para un grito común: ¡BASTA! Ese es el verdadero catalizador del cambio.

Cuba no está dominada por debilidad, sino por años de manipulación y desgaste. Pero cada vez que alguien reconoce la trampa del miedo, la injusticia y la división, se siembra la semilla de la esperanza. Aunque el camino hacia la libertad sea largo, la verdad despierta conciencias y fortalece la lucha de un pueblo que, finalmente, aprenderá a unirse para reclamar lo que siempre ha merecido.


Recomendado para ti

Tambien te puede interesar