Mientras en Cuba las familias enfrentan apagones interminables, escasez de alimentos y medicinas y un sistema de telecomunicaciones precario y costoso, la empresa estatal ETECSA sigue acumulando ingresos millonarios. La gran pregunta que muchos cubanos se hacen es: ¿a dónde van esos millones? ¿Quiénes disfrutan realmente del dinero que los usuarios pagan por servicios deficientes?

El medio independiente La Tijera ha puesto nuevamente el foco en la figura de Leysi Rubio Arevich, hija de la coronel Mayra Arevich, quien hasta hace poco fue presidenta de ETECSA y hoy ocupa el cargo de Ministra de Comunicaciones.

Según este medio, Leysi Rubio estudió en prestigiosas instituciones europeas como The School of Communication en Dublín y ha disfrutado de una vida marcada por el lujo y los viajes. Desde Londres hasta París o Venecia, su rutina parece estar muy lejos de la realidad cubana, donde acceder a internet implica altos costos y poca estabilidad.

Casos como el de Leysi Rubio no son aislados. Otros miembros de la élite cubana también han sido señalados por medios independientes por mantener estilos de vida opulentos en el extranjero.

Por ejemplo, se ha denunciado públicamente que hijos de altos funcionarios del régimen residen en España, Italia y Estados Unidos, muchos con negocios registrados, mientras sus padres repiten el discurso de resistencia y sacrificio en los medios oficiales. El contraste entre la narrativa de lucha y las evidencias de enriquecimiento personal no hacen más que aumentar la indignación ciudadana.

ETECSA, única empresa autorizada para operar telecomunicaciones en Cuba, ha sido durante años una fuente de ingresos sustanciales para el gobierno. Con tarifas elevadas y sin competencia, la compañía factura cientos de millones de dólares anualmente.

Sin embargo, esos ingresos no se reflejan en mejoras significativas para la población. La conexión a internet sigue siendo lenta, costosa y limitada, mientras muchos barrios pasan horas sin electricidad ni cobertura móvil.

Las denuncias de La Tijera y otros medios como Cubanet o Diario de Cuba coinciden en un mismo punto: el uso de los fondos públicos para financiar privilegios personales de los allegados al poder. La pregunta ya no es solo qué hace ETECSA con el dinero, sino también por qué los cubanos siguen soportando esta desigualdad escandalosa sin mecanismos reales para fiscalizar el gasto.

En un país donde el control estatal impide la transparencia, medios de prensa digital no oficialistas cumplen un papel esencial: revelar los rostros de quienes viven del esfuerzo del pueblo. Porque mientras una élite goza de lujos, millones de cubanos sobreviven apenas con lo mínimo.

Recomendado para ti